RIO ARRIBA

SGAE y 'manteros'

El Mundo, Antonio Lucas, 18-03-2009

Hace unas semanas, Pedro Simón contaba en este periódico una odisea de negros. La de aquellos que malviven de colocar por una calderilla insuficiente CD y DVD’s que disponen sobre el mostrador de la acera. Son los manteros, la peonada de saldo de un mercado turbio del que nada saben, del que en verdad no son parte, sino el último eslabón de la tribu, pollo que pía de hambre. Dice Simón (y demuestra, que es lo que aquí importa), que a estos no sólo los fumiga la Policía, sino que más allá de los guindillas está dando sustos esa casa de opacidad que es la SGAE, el ojo que todo lo oye.


En 2003 se endureció el Código Penal para los delitos de piratería, para los hijos de la medianoche. Y ya están en la cárcel más de 50, con penas que pueden ser de hasta cinco años por vender un puto disco por dos perras, una película por medio pavo. Tienen más condena que algunos asesinos, más trullo previsto que muchos caimanes de la droga, menos contemplaciones que los saqueadores del fisco. Los negros manteros son la contradicción humillada de una absurda democracia que castiga la supervivencia del esclavo, esa basura humana. Aquella que defiende con fecunda intolerancia el negocio de unos pocos travestido de derecho. Dice la Iglesia, en un anuncio, que le damos más bola al lince que al feto. Es una hipérbole. Igual que Dios es una exageración de la fe, como está demostrado.


Pero el asunto de los monseñores nos sirve en este caso para denunciar que la SGAE anda en la misma órbita de tantos obispos, en la defensa de la Doctrina de la Fe, en la inquisición, en la condena. A los viejos rockeros y otros prendas de la Sociedad de Autores les preocupa más la afición silbando Paquito el chocolatero sin pagar canon que propiciar el ingreso en chirona de otro inmigrante desconcertado. Eso es proteger los intereses personales, con dos cojones. Todo lo que rodea esta noticia, esta verdad, es de una hipocresía obscena. ¿Qué hacen en prisión más de 50 negros manteros? ¿Cuál es su crimen? ¿Dónde están los creadores diciendo no a este cromo delirante? ¿Por qué no un concierto en favor de los reos? ¿No les suena al rollo del lince? ¿No sienten una profunda vergüenza? Yo sí.

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