Los 15 jóvenes acusados de atacar a unos magrebís en el Bages dicen que solo querían "asustarles"
El Periodico, , 10-03-2009EFE
BARCELONA
Los acusados del ataque racista a una familia magrebí de Sant Vicenç de Castellet (Bages) han asegurado hoy en el inicio del juicio que solo pretendían “asustarles” en respuesta a una pelea que la tarde antes habían tenido con personas de ese origen. La fiscalía pide penas de hasta 19 años de prisión para los presuntos agresores.
En la Sección Quinta de la Audiencia de Barcelona se ha iniciado hoy el juicio contra los 15 acusados del ataque racista, en el que participaron jóvenes de Sant Vicenç y de otras poblaciones vecinas, varios de ellos de estética de cabeza rapada, que acudieron a ayudarles movidos por su desprecio a los magrebís, según el fiscal.
En función de su grado de participación, los jóvenes afrontan penas de entre 2 y 19 años de cárcel por el ataque racista ocurrido la madrugada del 15 de junio del 2002 contra la vivienda de los magrebís, en la que había dos menores, y la brutal agresión recibida por uno de los ocupantes del piso que salió a recriminarles su acción.
Agravante de racismo
Según mantiene provisionalmente el fiscal, que ha engrosado su petición de condena con la agravante de racismo, la agresión fue motivada por un incidente que la tarde antes habían mantenido algunos de los acusados con un grupo de magrebís, que al parecer ni siquiera residían en la vivienda atacada.
La noche del suceso, según el Ministerio Público, tres de los acusados entraron en el bar Minibar de la población y estuvieron comentando su incidente al resto de parroquianos, de manera que todos ellos se pusieron de acuerdo para atentar contra la vivienda de los magrebís.
En grupo, armados con palos y con los rostros cubiertos con cascos y pasamontañas, los acusados se dirigieron al piso de las víctimas, situado a una manzana del local, y estuvieron gritando y lanzando objetos contra la vivienda, a la que intentaban entrar por la fuerza por la puerta y por el balcón, según el fiscal.
Artefacto explosivo casero
Tres los procesados llevaban un artefacto explosivo casero -gasolina dentro de una botella de cerveza- que presuntamente lanzaron contra la ventana de la vivienda, y que aunque no llegó a penetrar en el edificio, provocó una explosión y una fuerte llamarada.
Uno de los ocupantes del piso salió para recriminar su acción a los jóvenes, 11 de los cuales le propinaron una brutal paliza, con palos, cascos de moto, puñetazos y patadas, que le dejaron en estado muy grave y le habrían causado la muerte de no ser por la pronta intervención médica, según mantiene el Ministerio Público.
Contradicción en las declaraciones
Los acusados han negado que se organizaran para cometer el ataque y que acudieran a la localidad en respuesta a una llamada de atacar a magrebís. Jordi M., que preparó y lanzó el artefacto explosivo, ha explicado que nunca tuvo intención de que entrara en la vivienda de los magrebís y que si falló en el tiro es porque quiso. “Pero si yo no he hecho nada”, ha añadido, tras romper en sollozos.
Aunque el fiscal acusa a este y a otros dos jóvenes de haber incitado el ataque racista, los procesados lo han negado y han aclarado que, aunque ellos tres iban delante, el resto de imputados les siguió espontáneamente. En anteriores declaraciones, los procesados se incriminaron unos a otros, pero en la sesión de hoy han evitado hacerlo, argumentando que en los interrogatorios previos fueron coaccionados por los Mossos d’Esquadra.
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