Lo habían intentado hace cuatro meses, pero no lo consiguieron. En esta segunda ocasión se han quedado a medias. Y no se descarta que, a la tercera, llegue la vencida. Porque el violento grupo – en su mayoría, de marroquíes – que ha secuestrado supuestamente a un compatriota es uno «de los más peligrosos y mejor organizados» de la región, según apuntan fuentes policiales a ABC.

Fue el pasado 18 de febrero cuando un ciudadano de origen marroquí, de 34 años, era retenido contra su voluntad e introducido en un vehículo, justo después de salir de la mezquita de la M – 30, donde acudía habitualmente.

Lo primero que hicieron fue robarle 1.000 euros de la cuenta que este marroquí tenía en el banco junto a su mujer. Ésta, asustada por la ausencia de su marido y por la desaparición del dinero, puso una denuncia en la comisaría de Puente de Vallecas, el distrito en el que ambos residen.

Al mismo tiempo que los agentes de la Policía Nacional pusieron en marcha el dispositivo de búsqueda, los secuestradores se ponían en contacto con la familia para exigirle determinadas condiciones para liberarle. La mayor parte «eran de carácter económico, aunque no se descartan otras exigencias», según destacan fuentes de la Policía Nacional. No se trata de un secuestro express, señalan fuentes policiales, y no se descarta un ajuste de cuentas.

La víctima permaneció secuestrada durante 13 días, hasta el pasado 3 de marzo, en un chalé de la localidad de Fresno de Torote, aunque no se descarta que hubiera permanecido alguna jornada en otro lugar. Concretamente, en un piso de Fuenlabrada al que accedieron agentes del Grupo Especial de Operaciones (GEO), donde creían que podría encontrarse el secuestrado.

Secuestradores acorralados

La pista se fue acotando, hasta que los agentes de la Policía se percataron de que era en ese chalé de Fresno de Torote donde permanecía retenido. La liberación se produjo porque los secuestradores se vieron acorralados y decidieron dejar libre a la víctima en la cercana localidad de Camarma de Esteruelas.

En ese momento, la Policía detuvo ya en las cercanías del chalé a cuatro de los secuestradores, y a una quinta persona, propietaria del inmueble. Todos eran de origen magrebí. Posteriormente, los agentes han detenido a otros dos ciudadanos (uno magrebí y el otro, palestino) en Fuenlabrada, y a un búlgaro y otro marroquí en Alcalá de Henares.

A pesar de las detenciones, las investigaciones continúan abiertas y no se descarta la captura de otras dos personas relacionadas con este secuestro. Al entrar en el chalé, la Policía ha descubierto abundante material informático para falsificar documentos y numerosa documentación falsa.

Fuentes de la Policía destacan que se trata de una banda muy bien estructurada y jerarquizada, cuyos miembros eran muy peligrosos y violentos. De hecho, el ciudadano de origen palestino utilizaba hasta cinco identidades diferentes y tenía antecedentes policiales, mientras que el búlgaro ha estado detenido por robo con violencia e intimidación.