La mafia de las pateras 'vende' España con un tramposo cedé
El Periodico, , 10-03-2009Una imagen vale más que mil palabras y en ello se han empleado a fondo los integrantes de la red mafiosa que empujó a embarcar a las 25 víctimas de la patera que naufragó el 15 de febrero frente a las costas de Lanzarote, la mayoría menores de edad. Los mafiosos que se acercan a estos jóvenes con promesas de un futuro idílico y un viaje que venden como rápido, sin nin –
gún riesgo, tratan de convencer a las familias mediante vídeos de Televisión Española. Por el módico precio de un euro, tienen acceso al cedé trampa, con imágenes que muestran las instalaciones de los centros de menores extranjeros que son acogidos en España; el comedor donde aparecen sus compatriotas luciendo muy contentos ropa y zapatos limpios, degustando el menú del día, y las aulas de estudio y las salas deportivas donde juegan al fútbol.
VÍCTIMAS FÁCILES
El sueño de cualquier muchacho que corre a convencer a su madre para que le ayude a pagar ese viaje que sacará a toda una familia de la miseria. Esta fue la idea que sembraron en la cabeza de los muchachos de la patera de Lanzarote, y en la de sus padres, la mayoría cómplices del viaje. “La gente piensa que si los chicos del centro de Canarias lograron el objetivo, ¿por qué no lo iban a conseguir estos últimos?”, asegura Abdalah el Hairach, presidente de la Asociación Sur de Migración y Desarrollo, que ayer hizo público un informe con los detalles sobre el drama de Lanzarote.
Según El Harirach, los traficantes de menores circulan a su vez cargados de fotos, realizadas por los pasadores de las embarcaciones, donde presentan el peligroso viaje como una “dulce travesía de unos pocos kilómetros hasta alcanzar el paraíso de la costa de Canarias”, explica.
Las mafias se sirven de estas engañosas armas, aunque convincentes, para alentar a los más pequeños a subirse en la barcaza a cambio de unos 900 euros. Lo tienen fácil porque la víctima es también fácil. Es sencillo comprobar en la calle que todos están dispuestos a emigrar. En enclaves al sur de Marruecos como Guelmín y Assa, de donde eran buena parte de los náufragos de Lanzarote, los jóvenes sienten la marginación y la falta de oportunidades, la pobreza azota sin descanso y el paro alcanza el 70%. Los alrededores de estos pueblos son desierto, zonas castigadas por el viento y la arena. La inexistente industria y el escaso comercio no dejan alternativas.
“La mayoría sueña con pasar al otro lado de cualquier manera porque aquí está todo perdido”, explicó a este diario el hermano de Bachir Raji, uno de los ahogados frente a la playa de Teguise. Conocía las intenciones de su familiar.
VENDER HASTA LOS MUEBLES
Una de las hijas de Rida Ahbidak, también víctima de la última patera, relató a este diario que su madre vendió muebles de su casa para costearse el viaje y pagar a la mafia. “Los traficantes son conocidos por todos, sabemos quiénes son”, declaró Hadiya en la comisaría de Guelmín. No fue la única. Alrededor de 25 familias acudieron en masa para declarar y presionar a las autoridades a que salieran a la caza de los traficantes, fácilmente localizables. “Dos serán muy pronto detenidos, los tenemos identificados”, aseguraron fuentes policiales en Guelmín.
“Los traficantes son jóvenes de la región, que merodean por los barrios pobres reclutando a otros jóvenes muy vulnerables”, concluye el informe, que termina con una nota pesimista. “Como los de la última barca que salió desde la playa Blanca de Guelmín habrá muchos más. Algunos llegarán bien a Canarias, pero la mayoría regresará dentro de un féretro para recibir sepultura”. El viaje de vuelta, a 2.250 euros.
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