Un total de 3 mil 183 mexicanos han muerto al intentar ingresar ilegalmente a Estados Unidos, entre 2001 y hasta febrero de 2009 (alrededor de 3 mil días), de acuerdo con un informe de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE).

La información recabada por cada uno de los consulados indica que de esta cifra total de “migrantes mexicanos fallecidos en la frontera sur de Estados Unidos en su intento por internarse sin documentos”, 17 personas se incorporaron a esta lista de decesos entre el 1 de enero y el 16 de febrero de este año, prácticamente uno cada tercer día.

El documento refiere que el año con más muertes de mexicanos indocumentados en territorio estadounidense ha sido 2005, con 443 casos, aunque el número de víctimas ha decrecido, ya que 425 fallecimientos ocurrieron en 2006; 409 durante 2007, hasta llegar a 346 casos en 2008.

La Cancillería incorpora una nota en el informe en la que se afirma que en la estadística de los más de 3 mil mexicanos fallecidos en los últimos ocho años “se incluyen cuerpos que no han sido identificados”, hasta sumar 970 muertes; sin precisar cómo se llegó a la conclusión de que este 30% de víctimas se trata de mexicanos, pues incluso en las 17 muertes de este año, en la categoría de no identificados se encuentran 11 personas.

En el reporte de la SRE se señala también que este año se ha logrado rescatar a 46 mexicanos, que forman parte de un total de 11 mil 621 personas salvadas desde 2001.

Sin embargo, organizaciones de migrantes consideran que al menos un paisano pierde la vida cada día al internarse en ese país, por lo que consideran urgente que el gobierno del presidente de EU, Barack Obama, tome medidas para revertir la tendencia.

Enrique Morones, dirigente del grupo Ángeles de la Frontera —que auxilia en la búsqueda de migrantes en el desierto—, así como Carlos Villanueva, presidente de la Asociación Mundial de Mexicanos en el Exterior, aseguran que la cifra de 17 víctimas durante este año “es irreal”, pues a diario reciben reportes de desaparecidos.

Estos dirigentes coincidieron en que por las condiciones del desierto, en el que los traficantes de personas tienden a abandonar a su suerte a los indocumentados, en ocasiones los cuerpos son encontrados hasta varios días o meses después.

En el reporte de la SRE, este año aparecen de nueva cuenta como principales causas de muerte la deshidratación y el ahogamiento —al cruzar el río Bravo—, aunque de las 17 víctimas, el documento indica que en 11 casos está pendiente por determinarse, o el motivo simplemente se clasifica como “otros”, sin mayores detalles.

Estas muertes se han concentrado en los estados de California (siete casos), Arizona y Texas (cinco casos en cada uno) que —de acuerdo con el documento— en los últimos ocho años lideran la lista de zonas donde ocurren los decesos, pues “son la ruta utilizada por las redes de polleros”, indicaron los dirigentes.

El hecho de que estas tendencias no hayan variado en al menos la última década, indicaron, es evidencia de que nada eficaz se ha hecho para revertir el fenómeno, y ahora el escenario es peor; “los indocumentados enfrentan mayores riesgos ante el reforzamiento de seguridad de la frontera por las operaciones de narcotraficantes, la existencia del muro y las continuas redadas, por lo que son blanco de violaciones graves a sus garantías”.

Morones y Villanueva, junto con otras organizaciones en Estados Unidos, encabezan actualmente una movilización en diversos estados de ese país para exigir que Obama atienda el problema migratorio, pues “debe recordar el fuerte apoyo latino que recibió en su campaña rumbo a la Presidencia”.

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