Navarra, territorio guiri
- Un total de 21 ciclistas extranjeros han establecido su residencia en la Comunidad foral - Rusos y uruguayos son los más numerosos, todos reconocen que Navarra es un lugar idóneo para rodar
Diario de Navarra, , 04-03-2009Navarra siempre ha sido tierra ciclista. Hasta no hace muchos años eran sólo corredores navarros, pero el fenómeno de la inmigración también ha llegado hasta el ciclismo. Un total de 21 ciclistas extranjeros (8 profesionales y 13 amateurs) han elegido la Comunidad foral como base de operaciones. Con todos ellos, de 10 nacionalidades distintas, se podría hacer un magnífico equipo si se diera el caso.
Los motivos para hacer las maletas, coger la bicicleta abandonar tu país y plantarte en Pamplona son básicamente dos. En el caso de los profesionales obedece a un motivo logístico. Denis Menchov, doble ganador de la Vuelta a España, fue el precursor de la emigración de ciclistas rusos a Navarra. En su Orel natal la climatología es dura, aquí en Pamplona hay una mayor bonanza, y para el que entonces era su equipo, Banesto, resultaba más cómodo que estuviera aquí. Pasaron los años, Menchov cambió de equipo, pero en temporada su residencia es Gorraiz.
Después de Menchov vino Karpets, el gigantón ahora en el Katusha que se ha quedado en Alzuza. Más tarde fueron el aficionado Zhadkevich, Kozountchouck, compañero de Menchov en Rabobank y Kyrienka, el último fichaje de Eusebio Unzué.
“Si los corredores vienen aquí es por un motivo logístico y de comodidad. Si se compite en Europa, lo lógico es tenerlos a todos cuanto más cerca y más controlados mejor”, explica Alfonso Galilea, del Caisse d"Epargne.
En los dos último años se ha producido un desembarco de profesionales sudamericanos. Al costarricense Amador y los colombianos Urán y Pérez, se ha unido otro escarabajo, Ardila. Los tres viven en Artica.
Una tierra de oportunidad
Si para los profesionales el criterio es la comodidad, para los aficionados Navarra es una tierra de oportunidades.
A Santiago Viviani Miglionico no le costó dejar su trabajo de administrativo en Paysandú (Uruguay), comprarse un billete de avión y plantarse en Pamplona para ser ciclista. “Vine acá porque me lo recomendó Agustín Margalef, que ya vino a correr aquí. Yo siempre he soñado con ser ciclista y con correr en Europa”, explica el hoy ciclista del Telco Intercons. “Yo comencé a correr en Uruguay a los 15 años, tengo 23 y allí no hay oportunidades”.
Y los aficionados extranjeros han encontrado aquí un hueco “Son muy caros, pero necesarios porque en Navarra no hay suficientes ni buenos ciclistas”, dice el director de uno de los cincos equipos amateurs navarros. Esta última temporada el costarricense Andrey Amador ha conseguido dar el salto al profesionalismo en el Caisse d"Epargne.
La mayoría de ellos tiene que buscarse la vida para compatibilizar sus entrenamientos y competiciones con un trabajo complementario con el que pagarse el alojamiento y sus gastos. El holandés Kneepers – que habla cinco idiomas – trabajó de pizzero y ahora va a dar clases de inglés. “Yo me he venido aquí porque en Uruguay no hay velódromos, quiero ser ciclista y voy a probar suerte”, comenta Cinthia Martínez, que está becada por la Federación Uruguaya de Ciclismo.
Para la mayoría Navarra terminará siendo un lugar de paso.
(Puede haber caducado)