Un acusado dice que el dictador «hizo cosas buenas» y lamenta que perdiera la guerra Barcelona

La Audiencia de Barcelona acogió ayer una nueva sesión sobre nacionalsocialismo durante la declaración de Ramón B.P., uno de los cuatro acusados de difundir ideas genocidas, en un caso que la sección décima juzga esta semana, y que pretende aportar luz sobre la relación entre los procesados por justificar el Holocausto y difundirlo con multitud de obras en la librería Kalki de Barcelona.

El acusado, autor de varios libros defensores de esta ideología – y que consideró que la esvástica es «un símbolo fabuloso» en su declaración ante el tribunal – , era también presidente de la ya extinguida asociación Centro de Estudios Indoeuropeos (CEI) – de marcada tendencia nazi – con la que dijo pretendía instaurar un nacionalsocialismo «ético, legal y ético».

Ramón B. se mostró partidario del dictador Adolf Hitler, quien a su juicio «hizo cosas muy buenas», aunque aseguró que él reniega de la xenofobia, el odio racial y de la supremacía de la raza aria, porque «hay arrios que son buenos, pero otros son unos sinvergüenzas».

Ramón B. se enfrenta a ocho años de cárcel por escribir y comercializar libros de esta temática, en una jornada que se centró en su manera de entender la política. «Si nacionalsocialista es un alemán con monóculo que se dedica a torturar negros, no, no lo soy», afirmó. «Me supo mal que Hitler perdiera la guerra y también que persiguiera a los judíos», comentó, valorando que el dictador «se equivocó en muchas cosas» pero acertó en otras, como por ejemplo su control de las mujeres embarazadas en la sociedad alemana, la manera de controlar estatalmente las empresas o mejorar las condiciones laborales de los obreros.

No obstante, los libros de Ramón B. se refieren, también, a la esterilización de las personas «con defectos congénitos», el rechazo a la mezcla de razas y el control estatal de los matrimonios para darles «cierto estilo». Matizó ayer que su intención con los libros era «decir lo que pienso», pero no dentro de un programa político.

Durante su declaración también se le preguntó por el hecho de que, como presidente de la asociación CEI – que consideró como «cultural» – , obligara a sus socios a asistir a las reuniones vistiendo uniformes militares, unos modelos muy parecidos a los que llevaban las juventudes de las SS. A este respecto, Ramón B. explicó que se vestían así como necesidad de distinguirse como servicio de seguridad en las conferencias que organizaban, ya que era frecuente que asistieran skinheads, a los que consideró «gamberros lamentables». Añadió que durante el tiempo de vida de la asociación «nunca hubo un incidente violento en la calle» porque él mismo prohibió cualquier manifestación política.

«La esvástica es un símbolo fabuloso»

El acusado Ramón B.P. dijo que el dictador Adolf Hitler «hizo cosas muy buenas», aunque «me supo mal que perdiera la guerra y también que persiguiera a los judíos».

Al ser preguntado sobre su pertenencia a esta ideología, respondió «si nacionalsocialista es un alemán con monóculo que se dedica a torturar negros, no, no lo soy».

En un momento de su declaración, dijo que la esvástica es «un símbolo fabuloso», pero negó ser partidario de la supremacía de la raza aria, porque a su juicio «hay arios buenos y otros que son unos sinvergüenzas».