El patrón de la patera de Lanzarote había sido expulsado en 5 ocasiones
Los supervivientes de la patera que el 15 de febrero naufragó a 20 metros de Lanzarote relataron al juez que eran dos los patrones. Uno de ellos estaba "camuflado" entre los supervivientes. Se trata de Mohamed S., de 27 años, que había realizado otras travesías y había sido expulsado en cinco ocasiones a su país.
El Día, , 03-03-2009Una concienzuda investigación por parte de la Policía y del juez de Arrecife Ricardo Fiestras ha permitido la identificación de los dos patrones de la patera que naufragó a 20 metros de la costa de Lanzarote, el pasado 15 de febrero, con el triste resultado de 25 muertos, seis supervivientes y un desaparecido.
Según la Jefatura Superior de Policía de Canarias, uno de ellos, Mohamed S., ha llegado en patera a Canarias en al menos otras cinco ocasiones anteriores, y siempre fue devuelto a su país. Cabe destacar que la Policía recoge ahora las huellas dactilares de los inmigrantes retenidos en los centros de internamiento, debido a que si repiten travesía cambian de nombre.
Fruto de esa investigación, el principal patrón fue detenido cuando “permanecía camuflado” entre los cinco supervivientes de la tragedia, esperando ser devuelto a Marruecos.
Según informaron fuentes policiales, Mohamed S., además de ser el patrón de la embarcación, también parece ser uno de los miembros de la organización que se encargó de preparar la salida de la patera.
Por este motivo, al detenido se le acusa de tráfico de inmigrantes y de veinticinco homicidios por imprudencia.
Como el resto de los supervivientes, Mohamed S. se encontraba en el centro de internamiento de extranjeros de Barranco Seco, en la capital grancanaria, a la espera de su devolución a Marruecos.
Según la Policía, Mohamed intentaba “que los otros supervivientes no lo delataran a las autoridades españolas”.
Pero, de acuerdo a los testimonios de los inmigrantes, el detenido captó, meses antes de la travesía, a varias de las personas que viajaron en la embarcación. Algunos dijeron que les cobró una cantidad que rondaba los mil euros.
Ahora, Mohamed está acusado de haber preparado, junto a otros miembros de la organización, “toda la logística necesaria para el inicio del viaje, reuniendo a los inmigrantes, aprovisionando la patera y poniendo a punto el motor”, hasta la salida de la embarcación en la noche del pasado 13 de febrero. Durante el viaje, Mohamed se alternaba en el manejo del motor con el otro patrón, Yousef F., también superviviente de la tragedia y que fue detenido en Lanzarote a los pocos días del suceso.
Seis personas lograron salvarse de la tragedia, entre ellos los dos patrones.
Durante la búsqueda de los náufragos, no se ha conseguido encontrar a uno de los pasajeros de la patera.
En un primer momento, los vecinos señalaron que uno de los ocupantes había salido corriendo, pero este dato no se ha confirmado.
El juez del Juzgado de Instrucción número 1 de Arrecife, Ricardo Fiestras, tras tomar declaración a los supervivientes, consideró que el desaparecido podría estar ahogado o haber huido, tal y como un testigo señaló en un principio, aunque no hay constancia de ello.
“La gente se contradice”, indicó el juez en referencia a los relatos de los supervivientes, así que no se descarta que aunque se haya fijado el número de integrantes de la patera en treinta y dos, finalmente no sea así.
El titular del Juzgado número 1 de Arrecife destacó la colaboración de los forenses, que realizaron todas las autopsias en un solo día. Incluso se trasladó un médico forense de Las Palmas de Gran Canaria para apoyar las labores de medicina legal.
Otro dato revelado por el juez se refiere a que las mujeres venían muy bien vestidas, “de peluquería” y con anillos. Esto se explica mejor después de conocer que una de ellas pertenecía a una familia acomodada de Gelguim y que pretendía visitar a su hermana, residente en el Archipiélago, después de que España le hubiera negado, en reiteradas ocasiones, el visado para salir por el cauce legal.
El juez también precisó que hay dudas sobre la edad de la mayoría de los varones, que estaría entre los quince y los veinte años y a quienes hay que hacerles la prueba ósea para determinar si eran menores. Entre los supervivientes no hay ningún menor, aunque uno de ellos se había declarado como tal. Los tres niños y la niña fallecidos tendrían entre nueve y once años.
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