«Soy nacionalsocialista, pero estoy contra toda discriminación»

ABC, 03-03-2009

JANOT GUIL

BARCELONA. Del nazismo… al cinismo. Ayer comenzó en la Audiencia de Barcelona el juicio contra Óscar P., propietario de la desaparecida librería de Barcelona «Kalki», y otros tres presuntos neonazis.

El único acusado que declaró ayer fue Óscar P., fundador y propietario de la citada librería y delegado en Cataluña de CEI, una asociación que se autodisolvió en 2005, «justo» un año después de iniciarse las acciones judiciales contra los acusados. El librero no tuvo reparos en confesarse «nacionalsocialista», «no nazi», y añadió que está «en contra de la xenofobia», «y de cualquier discriminación por raza, sexo, etc». Incluso renegó de las acciones violentas protagonizadas por «skin» y afirmó sin ambages que el CEI nació, precisamente, como una asociación «cultural» que se desmarcaba de la deriva violenta.

La Fiscalía – que modificó sus conclusiones provisionales para borrar cualquier alusión al negacionismo que el Constitucional ya dejó impune – pide penas de cinco hasta ocho años de prisión para los cuatro procesados, a los que acusa de difundir las ideas del genocidio mediante la edición y venta de libros que justifican el Holocausto y de conformar una organización que defendía los ideales nazis. Buscando la atenuante, los procesados consignaron 18.000 euros como donación a proyectosde víctimas de racismo y genocidio.

Uniformes Óscar P. precisó que su interés por el Tercer Reich u otras temáticas nazis era meramente «intelectual». «No es cuestión de exaltación, sino de estudio», abundó el procesado, que usaba un calendario cuyo año cero es el nacimiento de Hitler «por una cuestión folclórica».

Según sostiene el fiscal, los miembros del CEI debían vestir para algunos actos con un uniforme inspirado en el de las juventudes de la SS nazis. Además, en el seno de esta organización se refugiaba la hermandad Aria «La Orden», que anhelaba «liderar una resistencia activa, incluso armada», para reinstaurar el nacionalsocialismo en el mundo. Óscar P., sin embargo, sostuvo que tal orden se constituyó, aunque no supo explicar la paradoja de que autodisolviera por escrito.

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