Otra de las conclusiones preocupantes de este estudio es que hay una importante brecha entre las aspiraciones y las expectativas educativas del colectivo de estudiantes inmigrantes . Así, aunque más de la mitad (el 53%) quieren ir a la universidad, solo un 23% confían en lograrlo. A pesar de todo, el informe destaca que «no perciben gran rechazo y confían en la existencia de oportunidades». «Para muchos estudiosos, esta brecha entre aspiraciones y expectativas ha sido el origen de los conflictos ocurridos en otros países europeos con las segundas generaciones, como Francia y Gran Bretaña», sostiene el estudio. También se encuentran diferencias significativas entre alumnos de colegios concertados y públicos. Mientras que el 63% de los primeros quieren llegar a la universidad, solo la mitad de los segundos se lo plantean. Lo mismo ocurre de cara al mundo laboral, pues un 26% de los alumnos inmigrantes de los centros públicos seleccionaron entre sus aspiraciones empleos de nivel bajo o medio, mientras que en los subvencionados la mitad eligieron ocupaciones de más alto nivel. No obstante, los autores inciden en que no se puede atribuir esta brecha a la calidad de la educación en cada centro, sino a la predisposición familiar.