La crisis depara un nuevo escenario que afecta directamente a los trabajadores extranjeros. Miles de inmigrantes pierden sus permisos de residencia en Málaga al quedarse en paro. Estas personas lograron regularizarse en el proceso del año 2005, pero ahora no obtienen la renovación al no tener contrato en el momento de la revisión. Los sindicatos y las organizaciones no gubernamentales ya han dado la voz de alarma: es un paso atrás en la lucha contra la precariedad. En estos casos son cuando más se echa en falta medidas por parte de las Administraciones públicas para garantizar la seguridad jurídica de este colectivo, que observa resignado cómo pierde su puesto de trabajo y su derecho a residir en Málaga. Sólo así se prodría evitar la clandestinidad.