Sin redes familiares ni sociales en las que dejarse proteger, los ciudadanos extranjeros están siendo víctimas propiciatorias de la crisis económica. La situación, aunque de momento no es preocupante, podría serlo en unos meses. El Observatorio Regional de Inmigración, admitió Navarro, está muy pendiente de los «posibles brotes de racismo que pudieran producirse para atenderlos y atajarlos». En cualquier caso, Inmigración y Voluntariado no ha detectado ningún movimiento o actividad especial entre los grupos de ultraderecha que suelen estar detrás de la mayoría de esas reacciones violentas. Además de estar en alerta, la Comunidad está desarrollando actividades formativas para fomentar la sensibilidad de la población ante los ciudadanos extranjeros. En unas semanas, comenzará a impartir charlas entre los policías locales de los distintos municipios de la Región.