Ultramar
Miedo y fantasmas
"En lo de uso de mano de obra local, ramas policiales, corrupción, conspiraciones... las Islas van unas horas por delante"
Canarias 7, , 23-02-2009No hay día en que no nos desayunemos con una noticia sobre la situación económica más alarmante, de la ya más alarmante leída la mañana anterior. Hasta ese optimista histórico que tenemos al frente del Gobierno del Estado ya no disimula y admite que el final del túnel aún no se sabe cuando se divisará. Los datos oficiales dibujan un panorama sombrío pero analistas hay que apuntan que serán aún peores y si el gobierno admite una caída económica del 2%, están los que dicen que se llegará al 3%, que el paro superará con creces el 19% vaticinado, que el déficit no será del 5,8% sino del 8% y que la deuda pública subirá del 36,4 pronosticado al 58.
Y así, en medio de este panorama tan negro, entre tanta estadística calamitosa, en esta crisis del siglo, se desata el miedo que da pie a que algunos ya demanden la institucionalización de lo que llaman «contratos de crisis» y, también, a la xenofobia y el nacionalismo económico. El enemigo es el extranjero. El fantasma ya recorre Europa.
Hace días en Inglaterra los trabajadores de la refinería Lindsey en Killingholme realizaron una huelga al grito de «los empleos británicos para trabajadores británicos». Protestaban contra las contrataciones temporales de personal italiano, portugués y español realizado por la empresa Total. Con su presión las centrales sindicales británicas consiguieron un pacto por el que a partir de ahora las futuras contratas que cualquier empresa de la UE gane para ejecutar trabajos de ingeniería y construcción en el Reino Unido incluirán una cuota de mano de obra local. ¿No es similar este discurso al mantenido aquí por el Gobierno de Canarias? Como similares son los que ahora se escuchan por la Península sobre tramas policiales, corrupción y conspiraciones en las que participan elementos de distintos estamentos del Estado. En esto, aquí en las Islas, vamos una hora, o unas cuantas, por delante.
Al mismo tiempo, después de que casi dos millones de franceses denunciasen en la calle que el peso del desmoronamiento económico lo están soportando sobre todo los trabajadores, el presidente galo, Nicolas Sarkozy, declaró: «Quiero evitar que los empleos se vayan de Francia».
En España, en la España en que gobierna el valedor de la Alianza de Civilizaciones, a los policías de Madrid se les ha ordenado que se guíen por la tez de los que han de interpelar y atendiendo, eso sí, a criterios poblaciones y de criminalidad, según los barrios, detengan un cupo determinado de inmigrantes en situación irregular, como si inmigración y delincuencia fuesen una misma cosa.
Juan Carlos Escudier recogía en su Merienda de medios lo dicho por Fermín Bocos en la tertulia de Luis del Olmo, «venimos de la Alianza de Civilizaciones, de dar sermones en los foros internacionales acerca de los Objetivos del Milenio, de decir que España es la patria tutti quanti…» . Hay cacerías, algunas, para más sonrojo, con furtivos, muy peligrosas donde lo primero que se mata es la coherencia.
Seguimos con la inmigración. En Lanzarote 25 personas, 15 de ellas niños, mueren al naufragar la patera con la que pretendían arribar a las costas de un mundo, ahora en crisis, pero que es el primero y no el tercero. Y los políticos, con la tragedia viva, se cruzan reproches y arriman el ascua a sus intereses. ¡Cómo se atreven!
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