La explotación laboral tiene muchas formas, pero ha sido una operación del Cuerpo Nacional de Policía la que ha puesto al descubierto las condiciones infrahumanas que imponen algunos negocios a sus empleados.

Una investigación policial ha llevado a la detención de dos ciudadanos chinos que regentaban un taller textil donde al parecer explotaban a otros conciudadanos. A nueve de ellos, los alojaban presuntamente en condiciones infrahumanas, sin las mínimas condiciones de habitabilidad, en las mismas dependencias donde funcionaba la actividad, en un local de Sabadell.

Según informó ayer la policía en un comunicado, la pareja china que regentaba el local ha sido acusada de un delito contra los derechos de los trabajadores.

Al parecer, según las mismas fuentes policiales, los detenidos explotaban a los trabajadores y no les dejaban abandonar el recinto, un taller de dos plantas, de unos 250 metros cuadrados cada una.

La primera planta servía de taller de confección, con 33 máquinas de coser y dos de planchado, mientras que el piso superior estaba habilitado como vivienda, con 11 dormitorios muy pequeños, sin techo ni puertas, una cocina y los sanitarios, sin las mínimas condiciones de habitabilidad.

Las investigaciones se iniciaron a principios de este año, cuando se descubrió que había un taller que funcionaba a pleno rendimiento pese a que oficialmente no le constaba ninguna actividad.

Tras someter el local a vigilancia, los agentes comprobaron que de forma regular acudían al establecimiento furgonetas que cargaban y descargaban material textil que se llevaba a una empresa de Viladecavalls (Barcelona).

Finalmente, en colaboración con la Inspección de Trabajo y la Policía Local de Sabadell, los agentes de la Policía Nacional entraron en el local, donde hallaron a los responsables del negocio y a una decena de trabajadores. El juzgado de instrucción se ha hecho cargo del caso.