Sólo en febrero 28 «sin papeles» murieron en Canarias frente a los 45 de todo el año 2008

ABC, 22-02-2009

ÁLEX HERRERA

SANTA CRUZ. A veinte metros de la costa. Esta insignificante distancia separó a 25 inmigrantes clandestinos hace una semana de lograr su sueño. La muerte se les apareció justo cuando acariciaban el final del largo viaje desde África a Canarias. El mar se tragó sus cuerpos porque no sabían nadar y porque el enorme peso de la ropa que llevaban puesta para no pasar frío durante la dramática travesía actuó como un lastre una vez que se empapó. Sólo seis «sin papeles» lograron esquivar a la muerte.

El naufragio de una patera en las costas de Teguise, en la isla de Lanzarote, y que se cobró la vida de 25 «sin papeles», será recordado como uno de los episodios más trágicos del drama de la inmigración clandestina que azota, desde hace varios años, a las costas del Archipiélago. Cuatro niños pequeños, una niña y tres niños de entre 8 y 11 años; dos mujeres adultas y 19 varones adultos es el catastrófico saldo de otro episodio que engrosa la ya abultada lista de fallecidos en pateras y cayucos en las Islas. Otro capítulo más en la triste historia de la inmigración ilegal en Canarias, y que parece no tener fin.

Sin embargo, los 25 cadáveres del naufragio de Lanzarote, sin contar el cuerpo que todavía se busca en las costas conejeras, no son los únicos «sin papeles» que se han convertido en víctimas al cruzar la travesía de la muerte que separa África de Canarias. A comienzos de febrero, otros tres inmigrantes, los primeros de este año, llegaban sin vida en un cayuco con más de 80 personas a bordo y que desembarcó en el puerto de Arguineguín, en Gran Canaria procedente de Gambia tras diez días de trayecto.

Dramático saldo

Con estos dos dramas, un total de 28 inmigrantes clandestinos han perecido en las costas Canarias en menos de dos meses desde que comenzara 2009. Esta cifra supone que en sólo dos meses han muerto más de la mitad de los «sin papeles» que fallecieron a lo largo de todo el pasado año 2008, donde perdieron la vida un total de 45 personas, según los datos a los que ha tenido acceso ABC. El dramático saldo de este año es aún más trágico si se compara con los fallecidos en 2007, que ascendieron a un total de 39 «sin papeles» que se dejaron la vida al intentar alcanzar el Archipiélago en patera o cayuco.

Las imágenes de embarcaciones llenas de moribundos y cuya vida expiraba nada más tocar tierra han vuelto a repetirse, y este año va camino de superar, si nada lo remedia, las cifras de muertos registradas en 2008 y 2007.

Pero la tragedia de hace una semana en Lanzarote no es la primera que ocurre en Canarias. El primer naufragio de una patera en las costas canarias se produjo el 26 de julio de 1999 frente a Morro Jable, al sur de Fuerteventura. Se ahogaron nueve jóvenes marroquíes. Casi diez años después, y a unos 150 kilómetros al norte, se volvieron a repetir las escenas dantescas del rescate de los cadáveres. En ambos casos, estaban a unos pocos metros de la playa, cuando ya veían la tierra prometida.

Ni el SIVE ni el Frontex

Desde aquel primer accidente con fallecidos se han contabilizado alrededor de 70 naufragios en las aguas que separan el continente africano del Archipiélago. Según algunas organizaciones puede oscilar entre 3.000 y 8.000 los inmigrantes desaparecidos en alta mar en su intento de alcanzar el Archipiélago. Ni el SIVE ni el Frontex han impedido el goteo de muertes.

Ante de la tragedia de Lanzarote, uno de los episodios más dramáticos fue hace menos de un año, cuando en septiembre de 2008 llegaba un cayuco a Gran Canaria. La barcaza había llegado a principios de mes al sur de la isla, en Arguineguín. A bordo viajaban 46 inmigrantes en compañía de los cadáveres de 13 compañeros. Poco más tarde fue hallado en el mar el cuerpo de otro de los pasajeros.

Otro suceso tráfico de 2008 fue en julio en la isla de La Gomera, cuando un cayuco llegó a comienzos de mes a Playa Santiago, en el municipio de Alajeró, con 59 ocupantes, de los que cuatro estaban muertos y 11 en estado graves. Varios de los supervivientes contaron horas después que su travesía arrojaron varios cadáveres al mar.

Texto en la fuente original
(Puede haber caducado)