Mientras se aplacaban los últimos rescoldos del incendio devastador que ha llevado la tragedia al Casco Viejo de Miranda, J.D.V, de 26 años, fallecía en la Unidad de Quemados del hospital de Cruces. Es la quinta víctima mortal del fuego que el pasado jueves se propagó en el interior de la habitación en la que dormía – en la segunda planta del número 4 de la calle San Juan – y que truncó la vida de sus dos hijos de 1 y 4 años, su mujer y su hermana.

El joven había sido hallado junto a los cadáveres. Su estado era crítico. Las quemaduras que presentaba en más del 40% de su cuerpo aconsejaron el traslado de urgencia al complejo hospitalario vizcaíno. Ayer, pasadas las seis de la tarde, se confirmaba su deceso. Sucedía cuando apenas habían transcurrido tres cuartos de hora desde que una comunicación del Ayuntamiento advertía ya de un estado irreversible. «Se le ha declarado en muerte cerebral, según el último parte médico».

El drama de esta familia de origen rumano se agudizaba con la triste noticia, que casi coincidió en el tiempo con la llegada al Tanatorio de la ciudad de los cuatro féretros. La autopsia a las dos mujeres de 20 años, el bebé y la pequeña se realizó por la mañana en el Instituto Anatómico Forense de Burgos.

Respecto al estado de A.C.V., el otro joven que resultó herido – esposo de la segunda mujer que falleció en el siniestro – , evoluciona de un modo favorable. El parte médico facilitado ayer por la Delegación Territorial de la Junta en Burgos confirmó, de hecho, que ha pasado de la UCI a la planta de Neumología del complejo asistencial General Yagüe.

Sufre insuficiencia respiratoria por inhalación de humos y quemaduras de segundo grado en las manos, de las que se está recuperando. Este hombre, también de 26 años, fue el que consiguió abandonar por su propio pie el inmueble y al que trasladó al Santiago Apóstol en los primeros instantes del hecho, un policía local que estaba en la plaza de España.

El funeral por las víctimas se oficia hoy, a las 12.00 horas en la parroquia de Santa María, a poco más de 50 metros del lugar donde se produjo el incendio. Desde Alcaldía se realizó ayer un llamamiento a la ciudadanía para que «en solidaridad con los familiares de los fallecidos, asista» al sepelio, que precederá a la inhumación de los cuerpos en el cementerio de Nuestra Señora de Altamira de Bardauri.

No habrá repatriación

Y es que finalmente los más allegados han renunciado al ofrecimiento de repatriación a Timisoara, ciudad de la que llegaron las víctimas hace cuatro años. Tanto la Junta como el Ayuntamiento anunciaron el mismo día del trágico suceso que estaban dispuestas a asumir a partes iguales los gastos de trasladar los féretros a Rumanía, si ese era el deseo de la familia. Finalmente han optado por que los enterramientos sean en Miranda.

Se desconoce aún cuándo tendrá lugar el funeral del joven fallecido ayer. Su cadáver será trasladado a Miranda «en los próximos días», según informaron desde el área de Comunicación del Consistorio. Será después de que se le realicen las pruebas que habrán de ser la base para determinar las causas exactas del fallecimiento.

La magnitud del trauma sufrido por esta familia rumana se evidenció durante toda la noche del jueves y el día de ayer en la sala habilitada en la sede de Cruz Roja. Allí permanecieron en dura vigilia una treintena de personas. En las horas siguientes «más de doscientas», fundamentalmente de la comunidad rumana, acudieron a dar el pésame.

La tradición en su país, explicaron, fija un periodo de duelo de dos días. En todo este tiempo se brindó en el lugar apoyo psicológico. Una cobertura que también existió en el tanatorio, donde se concentraron por la tarde un gran número de inmigrantes con el mismo cometido: arropar a los más allegados.

Una sobrecarga en la red eléctrica de la vivienda sigue siendo la hipótesis de trabajo fundamental a la hora de intentar esclarecer las causas del siniestro. «Se trabaja en la misma línea de investigación. Al parecer había varios aparatos conectados en un mismo ladrón», explicó el responsable de Seguridad Ciudadana, Manuel Setién.

Según el programa

Una ciudad aún conmocionada, intentará recuperar poco a poco la normalidad a partir de esta tarde. El Ayuntamiento, que había decretado tres jornadas de luto oficial por las víctimas, despejó ayer la duda que existía sobre el desarrollo de los actos programados con motivo de las fiestas de Carnaval.

El desfile infantil, tal y como anunció el alcalde Fernando Campo horas después de que se produjeran los hechos, se traslada al próximo martes. Será a partir de las seis de la tarde y culminará con el Entierro de la Sardina. En cuanto al acto central de hoy, el desfile de los mayores, «se mantiene el programa en su integridad».

A las 19.30 horas se dará el pregón para iniciarse una marcha que cumplirá con el recorrido previsto. Terminará, por tanto, en la plaza de España. Se descarta así una de las opciones que llegaron a barajarse en un primer momento; no entrar en el Casco Viejo.