José Mendoza, un joven salvadoreño de 21 años, se salvó de la deportación.

La Oficina de Inmigración y Control de Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés) en Grand Junction, Colorado, indultó a Mendoza y le permitió regresar a su casa en Glenwood Springs hasta que se resuelva la apelación a su estatuto migratorio legal, informó la edición electrónica del periódico Denver Post.

En otras palabras, es temporal hasta que llegue otra orden de deportación o hasta que la Corte de Inmigración decida el día en que se pueda quedar.

“Hemos tenido un respiro”, dijo el abogado de Mendoza, Shelley Wittevrongel, quien lo defiende de una orden de deportación por haber ingresado de manera ilegal a Estados Unidos en 2004.

El joven, que ha sido reconocido por la comunidad educativa de Glenwood Springs por su excelente desempeño académico y por dedicarse a estudiar enfermería en la universidad, incluso había llegado a su cita al ICE con un bolso con dos mudadas de ropa y un cepillo de dientes.

De acuerdo con la publicación electrónica, era el único equipaje de Mendoza si iba a ser deportado.

“No sé qué le podría pasar si él regresa. Tenía muchos problemas allá”, expresó el hermano de José, Rafael Orlando Mendoza, de 27 años.

José ha dicho que dejó El Salvador a los 17 años porque había sido amenazado por pandillas.

Cuando llegó a Denver, apenas podía hablar inglés y tenía educación equivalente a quinto grado, pero se graduó con honores de bachillerato.