El caso aweya
ABC, , 20-02-2009Los ingleses se niegan a jugar en el Bernabéu porque dicen que los madrileños son racistas, lo cual sólo es otra majadería inglesa. En Madrid, a un negro – igual que a un blanco – , si es futbolista, nadie le va a toser por la calle. El problema de James Aweya – nada que ver con los conserveros coruñeses – , ciudadano canadiense aherrojado en Barajas por un guardia civil, debió de ser que no era futbolista, sino sabio. Ya lo dijo Calderón (el de la Barca, no el del Madrid): «Cuentan de un sabio que un día / tan pobre y mísero estaba, / que sólo se sustentaba / de unas hierbas que cogía. / ¿Habrá otro, entre sí decía, / más pobre y triste que yo?, y cuando el rostro volvió / halló la respuesta, viendo / que otro sabio iba cogiendo / las hierbas que él arrojó.» ¿A quién se le ocurre ser sabio en España? Aweya no habla español. Tampoco ha leído a Calderón. En Barajas no respondió al español del guardia civil, que le aplicó el reglamento. «¿Y qué iba a hacer, el hombre? ¡A lo mejor no le dejaba otra salida el reglamento!», dijo el cabo de la guardia civil que jugaba al tute en Villanueva de Arosa con Julio Camba y otros amigos mientras discutían sobre la procedencia del gesto de Guzmán el Bueno de arrojar el cuchillo a Don Juan para que le matase a Don Alonso, su hijo, antes que rendir Tarifa. ¿Qué pasó en Barajas? Para el consejero madrileño de Inmigración, lo del sabio aherrojado en Barajas es un ejemplo de la presión que Rubalcaba – ¡cráneo privilegiado! – mete a los guardias, o sea, al reglamento. «Los negros son los gitanos de Cuba», dijo Foxá, rendido a su arte, en La Habana. ¿Y cuál había sido el sino de los gitanos en España? Según Valle, vivir perseguidos por la guardia civil. Lorca creía que Granada lo había predispuesto a la comprensión del perseguido: el gitano, el judío, el negro… Aweya, al final, nos parece un hermano lorquiano en psicología huidiza del gitano, del judío… Lo extraño es que, tratándose de un sabio, los sabios del villasimplicísimo Martínez A. – inmunólogo natural de Villasimpliz, «hooligan» de ZP y con nómina ministerial – no hayan movido ni una ceja de protesta por Aweya. Los inmunólogos, inmunizados.
AL DÍA
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