Fallecen cuatro miembros de una familiaen el incendio de su vivienda en Miranda

Diario de noticias de Alava, txus díez, 20-02-2009

El padre fue ingresado en Cruces con el 40% de su cuerpo quemado, mientras que el tío fue trasladado a Burgos

vitoria. El fuego de un hornillo desató ayer la tragedia en el casco viejo de Miranda de Ebro. Una mujer de 25 años, F.R, sus dos hijos, chico y chica, ambos de iniciales R.R, y la tía de los pequeños, de 20 años de edad y que responde a la inicial S. fallecieron en un siniestro fortuito que dejó malheridos al marido de esta última y al padre de los menores.

Las dos parejas y los niños – la chica de tres años y el chico de tan solo un año de edad – son de nacionalidad rumana y vivían en el piso calcinado con otras dos personas, que pudieron salir ilesas y por su propio pie del edificio, pues se encontraban en otra parte de la vivienda y el fuego no les cerró el paso hacia la puerta de salida.

A las 7.52 horas, el servicio del 112 recibió una llamada que alertaba sobre el incendio en un vetusto inmueble, de más de 80 años de antigüedad y en mal estado, en el segundo y último piso del número 2 – 3 de la calle San Juan, en el casco viejo mirandés.

Pese a la celeridad con la que actuaron los Bomberos de Miranda, una vez en el piso sólo pudieron rescatar con vida al padre de los pequeños, un joven de 26 años que fue trasladado en una UVI móvil a la Unidad de grandes quemados del Hospital de Cruces. J.D.V. tiene el 40% de su cuerpo quemado y su pronóstico es grave.

Por su propio pie pudo salir la pareja de la joven S. y tío de los niños, A.C.V, de 25 años, quien tiene quemaduras en la cara y las manos y resultó intoxicado por el humo. El joven rumano fue trasladado en un helicóptero medicalizado a la Unidad de cirugía plástica del Hospital General Yagüe de Burgos. En la planta primera del edificio vivía una familia compuesta por un matrimonio y sus tres hijos, cuyos miembros pudieron abandonar el edificio ilesos.

El trágico accidente, que en un principio se achacó a un cortocircuito en la instalación eléctrica del piso, generó una gran consternación en el casco viejo mirandés, donde reside una importante colonia de inmigrantes, y en toda la localidad burgalesa, donde viven también los abuelos de los dos niños fallecidos.

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