La altura de las olas y las pequeñas dimensiones de la patera impidieron que los radares detectaran la barca hundida ante Lanzarote

Sombras en el mar

La Vanguardia, , 18-02-2009

SERGIO HEREDIA – Madrid
La patera, de apenas seis metros de eslora, acariciaba la orilla de Lanzarote, y ninguna embarcación de rescate había salido a buscarla. Zarandeada por las olas, con la tripulación agotada por la travesía, la deshidratación y el fresco de la tarde, casi cuarenta horas de viaje desde el sur de Marruecos, la barquilla volcó.

Y sólo los surfistas y los bañistas, echándose al mar desde la orilla, pudieron hacer algo: lograron rescatar a seis inmigrantes. El resto, 22 según los últimos datos oficializados por el Cabildo insular (ayer, a última hora, los equipos de salvamento seguían rastreando la zona), se ahogó. Veinte metros más, y hubieran alcanzado la costa. El sistema de radares marítimos, el Sive, puesto en marcha hace dos años, había fracasado.

Alfredo Pérez Rubalcaba admitió ayer que el Sive, que en el área de Lanzarote dispone de dos radares fijos, uno móvil y dos cámaras térmicas, tiene algunas carencias. “Según los datos que me han facilitado – dijo ayer el titular de Interior, en su comparecencia en el Congreso-,cuando hay muchas olas, y si el barco es pequeño, el sistema no puede localizar la embarcación. Si no, por supuesto que se hubiera salido a por la patera para salvar vidas…”.

No funciona el sistema, denuncian responsables y especialistas desde las islas Canarias. Se ha quejado Paulino Rivero, presidente del Gobierno canario, y también lo ha hecho José Luis Perestelo, portavoz de Coalición Canaria. “Muchos voluntarios arriesgaron su vida para rescatar a los náufragos – dijo Perestelo ayer-.El Sive falló a veinte metros de la costa. Y lo mejor del continente africano, los jóvenes, se pierde en el mar”. El mar engulló a 16 menores, cuatro de ellos críos de entre ocho y once años. Marruecos reclama la fotografía de los cuerpos para repatriarlos.

Según expertos consultados por La Vanguardia,el sistema, diseñado para detectar embarcaciones a 35 millas de la costa, adolece de sombras. “En algunas zonas del Atlántico, los radares pierden la información”, dicen. Investigadores barajan una hipótesis: se preguntan si las mafias, tras detectar esas carencias, buscan los puntos oscuros para alcanzar la orilla. El asunto levanta suspicacias. Desde el estreno, en marzo del 2007, Interior ha invertido veinte millones de euros en el Sive, también activo en Andalucía, y que ahora va a extenderse a la costa levantina y a las Baleares.

En La Caleta, en Lanzarote, escenario de la tragedia del domingo, las aguas suelen enervarse. Se trata de una zona rocosa y escarpada frecuentada por surfistas y windsurfistas. “Cuando la barquilla llegó allí, el mar estaba revuelto”, dijeron fuentes de la investigación. “Había rebozo, resaca, olas de entre dos y tres metros. El mar estaba muy mal. Y la barquilla se desestabilizó…”.

Bendecido por la bondad climática, se sucede el goteo de cayucos. El lunes una barquilla con 55 inmigrantes acariciaba Los Cristianos, en Tenerife. Once eran menores. La interceptó Salvamento, a 65 millas de la costa.

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