La inmigración y la guerra, a concurso en la sección oficial

Diario de Noticias, 18-02-2009

pamplona. En árabe, maesmak significa ¿cómo te llamas? Y ésta es la expresión que ha usado Georges Salameh para titular el cortometraje que exhibió ayer en la sección oficial a concurso del Festival Punto de Vista. Una pieza que intenta trasladar en veinte minutos las sensaciones que preceden al inicio de una guerra, en este caso la de Irak. Junto a él, también participó Olivier Dury, con Mirages (Espejismos ), una reflexión acerca del viaje de varias personas a través de África para llegar a Europa, donde, en la mayoría de los casos, les espera un destino de exilio y clandestinidad.

En el caso de Maesmak , Georges Salameh (Beirut, 1973) establece un paralelismo entre las vivencias de un país en los momentos previos a la guerra de Irak y “las sensaciones y sentimientos que nos trajimos de nuestro viaje al país”, poco antes de que comenzara la contienda, explica el realizador. En este sentido, éste es un filme “político”, pero no tanto desde el punto de vista ideológico como etimológico, es decir, contraponiendo los políticos y sus roles a la existencia de los ciudadanos en la polis o ciudad.

Destaca, asimismo, la estructura escogida por el director, que ordenó la cinta “como una canción con un estribillo”. Así, a lo largo del relato, se intercalan las historias de Pantelis, una viajera griega que llega a Rutba para plantar un olivo contra la guerra, y de Youssif, un narrador que regresa a Bagdad para recordar en un día nefasto. En medio, a modo de nexo de unión, se van enumerando las diferentes fases por las que pasa un enfermo terminal, de la mano de William, un médico especializado en estas dolencias, que representa a una tierra a punto de convertirse en otra cosa para siempre.

clandestinidad Por su parte, Olivier Dury (París, 1967) cuenta la historia de alguien que un día ve algo y necesita volver a ese punto para saber si lo que vio fue real o sólo un espejismo. En este sentido, Mirages habla de un grupo de personas que viajan por África para intentar llegar a Europa, pero no lo hace como estamos acostumbrados, ya que la intención principal del realizador era “ir en contra de la imagen que habitualmente dan los medios de comunicación de esta situación”. “Siempre se habla de ilegales, de sin papeles, y yo quería ir a buscar a las personas que hay detrás de esos apelativos”, dice Dury, que cuenta los motivos de los viajeros que se cruzó en su camino, con los que apenas pudo establecer ningún tipo de relación, ya que su paso era fugaz y, además, “a mí me interesa sobre todo hacer un cine que trabaja las sensaciones”. En este caso, la sensación es muy fuerte: “Al principio del viaje, estas personas son legales en sus países y, mil kilómetros después, se convierten en clandestinos”. El realizador cuenta ese proceso. >a.o.l.

Texto en la fuente original
(Puede haber caducado)