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Papeles por uniformes en el Ejército de EE.UU.

La Voz de Galicia, Tatiana López | Corresponsal, 18-02-2009

| Beneficios para los inmigrantes que se marchen a la guerra

Aunque el soldado Juan Alcántara nunca llegó a saberlo, EE.?UU. acabó concediéndole la ciudadanía. Lo hizo, eso sí, a título póstumo y después de que este puertorriqueño de apenas 25 años perdiera la vida en la guerra de Irak. Su historia, repetida hasta la saciedad en miles de familias hispanas, es la última consecuencia de las llamadas políticas de papeles por uniforme y que desde ayer permitirán también que emigrantes temporales se alisten al Ejército estadounidense a cambio de un permiso de trabajo.

Esta medida, sin precedentes desde la guerra de Vietnam, supone un paso adelante en la práctica desarrollada hasta ahora, que limitaba tan solo a los casos como los de Alcántara la posibilidad de marcharse a la guerra a cambio de beneficios.

Sin embargo, la falta de nuevos alistamientos, así como la creciente necesidad creada por los conflictos de Irak y Afganistán, ha llevado a las Fuerzas Armadas a admitir a los llamados emigrantes temporales (es decir, personas que residen legalmente en el país pero solo hasta que les caduque su visado).

Más concretamente, y según publicó The New York Times , la intención del Ejército con esta nueva política es la de engrosar sus filas con inmigrantes de alto perfil, después de que un estudio demostrara que tan solo el 82% de los reclutas actuales tienen terminada la primaria. Se tendrá especial atención con aquellos voluntarios que hablen más de dos idioma o que posean una titulación específica en Medicina.

Primeras mil plazas

Aunque el programa tiene previsto aplicarse a manera de prueba en un principio a tan solo mil personas, altos mandos militares aseguraron al periódico neoyorquino que, de funcionar la experiencia, ese número podría ampliarse hasta 14.000, lo que supondría que uno de cada dos soldados sería inmigrante.

Una idea que no ha hecho ninguna gracia a las centenares de asociaciones de veteranos repartidas por todo el país y que consideran que este tipo de iniciativas podrían abrir la puerta a terroristas encubiertos. «Si van a alistarse en nuestro Ejército, lo mínimo es que rompan cualquier tipo de relación con su país», declaró en un foro de veteranos el soldado Marty Justis, quien también cree que todos los candidatos deberían ser sometidos a una investigación exhaustiva.

Precisamente, tener un expediente libre de antecedentes criminales es solo una de las condiciones con la que los nuevos reclutas tendrán que cumplir, además de poder demostrar que llevan más de dos años residiendo legalmente en el país y pasar un examen de inglés. «Es el trato perfecto – concluía uno de los generales al Times – «Ellos nos dan el servicio que necesitamos y nosotros les damos el sueño americano». A los que regresen vivos.

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