Una patera naufragó a unos 20 metros de la costa de la isla canaria sin que fuera detectada por el sistema de vigilancia

Quince niños entre los más de 20 fallecidos en Lanzarote

La Razón, J. V. Echagüe, 17-02-2009

Sólo sobrevivieron seis inmigrantes de los cerca de 30 que ocupaban la embarcación. Ninguno de ellos corre peligro.

madrid – «Hacía bastante viento, y el agua rompía muy fuerte en la orilla del mar, donde se concentran las rocas. No nos podíamos ni acercar. La patera golpeó con las piedras y las olas la terminaron volcando». Con este panorama tuvo que enfrentarse el equipo de salvamento de la Cruz Roja. Al parecer, la patera, que naufragó durante la  noche del domingo en la playa de Teguise (Lanzarote), cobijaba a unos 28 inmigrantes procedentes de Marruecos.
Según la Cruz Roja, sólo sobrevivieron seis. Entre los 22 fallecidos, se encontraban 15 o 16 niños (cuatro de ellos de entre 7 y 8 años), y tres mujeres (ninguna embarazada, pese a algunas informaciones que así lo apuntaban en la tarde de ayer). La Cruz Roja, la Guardia Civil y Salvamento Marítimo buscaban durante la tarde de ayer tres cadáveres más. Ya por la noche, la Delegación del Gobierno anunció que quedaba sólo un cuerpo por encontrar. Esta mañana retomarán la búsqueda.
«Los radares, los helicópteros… ¿para qué están? Llevan aquí dos años, y el accidente se produjo a escasos metros de la costa. Es un espectáculo macabro». Éste era el sentir de uno de los trabajadores sociales que ayudan a diario a los inmigrantes que llegan regularmente a Lanzarote. Sus palabras hacen referencia al hecho de que el Sistema Integral de Vigilancia Exterior (SIVE), inaugurado en marzo de 2007, no detectara a 20 metros de la playa la embarcación. Carolina Darias, delegada del Gobierno de Canarias, reconoció que el sistema falló, posiblemente por el fuerte oleaje. Este sistema de sensores se basa en dos radares fijos y dos cámaras térmicas y, en teoría, puede detectar embarcaciones a 35 millas.
Cristhian Hunt, surfista residente en la localidad de Los Cocoteros y de nacionalidad uruguaya, se encontraba en la zona de la tragedia cuando se produjo el accidente. Su intervención fue vital para que podamos hablar de supervivientes. Ayudado por su tabla de surf, fue sacando «uno a uno» a los inmigrantes a la orilla.
Un joven salió ileso
Según la Cruz Roja, de los seis supervivientes (dos de ellos menores de 15 y 17 años), cinco fueron dados de alta, pues sólo presentaban síntomas de hipotermia. Otro tenía problemas de riñón e hígado y pasó la noche en observación.  Un chico de 17 años salió ileso la misma noche del accidente y ni siquiera pisó el Hospital Doctor José Molina Orosa. De hecho, él fue el que dio a los equipos de salvamento detalles sobre lo que había ocurrido. La embarcación consistía en una lancha de fibra de cinco metros de eslora.
Sobre el elevado número de menores a bordo, la Cruz Roja no muestra extrañeza. «En 2008, de las cerca de 40 pateras que llegaron a Lanzarote, el 50 por ciento de los ocupantes eran menores de 16 años», afirman.
La de ayer es la mayor tragedia ocurrida en aguas canarias en los últimos dos años, informa Ep. Las principales instituciones insulares guardaron un minuto de silencio por esta nueva tragedia y el Cabildo de Lanzarote anunció tres días de luto oficial. Por su parte, el presidente del Gobierno canario, Paulino Rivero, invitó ayer a los tres ministerios con competencias en inmigración a mantener una próxima reunión. Horas después, los cayucos seguían llegando a las islas. Una patera fue interceptada a unas 65 millas al sur de la isla de Tenerife y trasladada hasta el puerto de Los Cristianos.

«Cuando llegué allí, lo que vi era tétrico»
Cristhian Hunt se convirtió ayer en el héroe de las Islas Canarias.  El surfista, que rescató a los únicos supervivientes de la tragedia, dijo ayer a Efe que al llegar al lugar del suceso «vio un panorama tétrico; gente flotando a la deriva, el barco virado y había varias personas agarradas a la patera», recordó. Cuando llegó a la zona del vuelco, y a pesar del mal estado del mar, decidió lanzarse «tal y como estaba», aunque luego su esposa regresó con una tabla de surf, «que fue fundamental para el rescate». «Todos ellos estaban morados, con síntomas de hipotermia y casi entregados», declaró  sobre los supervivientes este vecino uruguayo de la localidad de Los Cocoteros.

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