La mayor tragedia de los últimos años a bordo de una patera se cobró la pasada madrugada la vida de veintiún inmigantes que trataban de alcanzar las costas de Lanzarote. La mayor parte de ellos – catorce en total – eran menores de edad (diez niños y cuatro niñas), que murieron ahogados a escasos metros de la costa y sin que los denodados esfuerzos de un surfista que se encontraba cerca del naufragio sirvieran para salvar más de seis vidas, lo que no deja de ser toda una heroicidad. De hecho, este joven quedó muy afectado por no haber tenido tiempo de poder ayudar a más inmigrantes, a quienes el mar se tragó porque no sabían nadar y porque el enorme peso de la ropa que llevaban puesta para no pasar frío durante la dramática travesía actuó como un lastre una vez que se empapó. Durante todo el día de ayer los servicios de rescate estuvieron trabajando para tratar de recuperar todos los cadáveres (en la imagen, suben a bordo de una lancha un cuerpo sin vida), pero anoche tuvieron que suspender la búsqueda cuando faltaba sólo una persona desaparecida. Este trágico episodio conmocionó ayer de nuevo a los lanzaroteños, que por desgracia se están habituando a ver cómo las expectativas de muchos inmigrantes que se embarcan hacia un destino incierto en busca de una vida mejor, termina abruptamente para muchos de ellos. Como ayer. – España