Los Mossos elevan su presión sobre las bandas por el auge de la violencia

El Mundo, JAVIER OMS, 16-02-2009

Decenas de agentes irrumpieron el sábado de madrugada en discotecas latinas de Barcelona y El Prat para identificar a miembros de grupos violentos Barcelona


La fiesta del sábado se acabó poco después de que dieran las dos de la madrugada. A nadie allí le quedaron ganas ni cuerpo de seguir bailando salsa o reggaeton después de que decenas de agentes de Mossos d’Esquadra – la mayoría de la Brigada Móvil con todo el equipo antidisturbios preparado – , irrumpieran de improviso en las discotecas Milpasos y La Cantera, de Barcelona y El Prat, respectivamente, y comenzaran a pedir la documentación a toda la clientela.


Con todas las luces encendidas, copas sin acabar y ganas insatisfechas de seguir la fiesta, cientos de personas, en su mayoría latinoamericanos, incluyendo a menores de 16 años, vivieron en primera persona el penúltimo episodio del fenómeno de las bandas latinas violentas en Cataluña y su reforzada respuesta policial.


La toma literal del centro comercial donde se encuentra el Milpasos y la zona cercana a la vía del tren donde se reúnen los asiduos a La Cantera, llegó acompañada del cierre de los locales hasta altas horas de la noche con todos los clientes dentro, sin permitir la entrada o salida a nadie ni dejar sin registro prenda alguna.


El operativo en los locales de ocio visitados por jóvenes latinos, una medida a la que se recurre cuando se acumulan sobre la mesa demasiados informes de agresiones entre bandas, en esta ocasión contaba con un valor añadido, especialmente motivador para los uniformados y que, en definitiva, supuso el empujón final para poner en marcha el dispositivo. El pasado domingo dos de sus agentes de paisano resultaron heridos, uno de ellos por dos puñaladas en la espalda y otro tras ser golpeado en la cabeza con un palo, cuando miembros de los Ñetas les atacaron al grito de «policía escoria», tras intervenir en una pelea multitudinaria con sus rivales de Latin Kings, notablemente inferiores en número, en la plaza de Joan Miró, en el barrio de Sants. Una reyerta que acabó con ocho jóvenes detenidos, dos de ellos todavía en prisión por el ataque directo a los policías, varios heridos por arma blanca y el ingreso en sendos centros médicos de los Mossos.


Con dicho precedente, las redadas del pasado sábado no contaban con objetivos preestablecidos, más allá de sorprender a los pandilleros y enviar un mensaje claro: la presión va a aumentar. No se perseguía detener a nadie en específico, ni se partía con la premisa de localizar drogas o armas – aunque durante uno de los registros se hallaran varios cuchillos de cocina tirados por el suelo – , sino enviar una advertencia a los pandilleros que, pese a los esfuerzos de las instituciones públicas y de la policía, mantienen abierta la vía de la violencia para competir por un territorio, dirimir la «propiedad» de una chica o simplemente acabar con la banda rival. La arremetida policial de este fin de semana es la constatación de que las bandas latinas violentas han regresado a la lista de prioridades de los Mossos d’Esquadra.


Lo cierto es que en los estamentos policiales se ha venido detectando en los últimos meses un incremento en la violencia de jóvenes que actúan bajo el nombre de los grupos mencionados, así como de otras bandas como los crecientes Black Panthers o la Mara.Una situación que está desbordando la tarea mediadora de los representantes legales, reconocidos por el Ayuntamiento de Barcelona y la Generalitat de Catalunya y por elmomento sólo con portavoces de Latin Kings y Ñetas. Bajo la bandera de dicho proyecto, que utiliza iniciativas artísticas como vía de salida, respira una estrategia, hasta ahora infructuosa, de neutralizar a los grupúsculos violentos y eliminar la alarma social que aterrizó en el territorio con la rotundiad de un asesinato: el de Ronny Tapias en 2003 tras ser confundido con un miembro de Latin Kings.

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