REPORTAJE

Una ONG metida a empresa

La asociación Goiztiri ha creado dos compañías para emplear a inmigrantes en la zona metropolitana de Bilbao - Además, les ofrece cursos y asesoría

El País, SERGIO LÓPEZ, 16-02-2009

Dauda, Mohammed, Ibrahim y el resto de sus compañeros terminaron de montar este fin de semana las casetas de feria del BBK junto al Puente del Arenal de Bilbao. En total son seis obreros, los seis africanos y los seis con una muy difícil inserción en un mercado laboral en contracción. Tienen empleo gracias a que una ONG, Goiztiri, se ha decidido introducir en el mundo de la empresa. Mediante un acuerdo con la compañía de arquitecturas móviles Erakus, ha creado una empresa que ha obtenido en exclusiva el contrato para montar las casetas feriales de BBK.

Goiztiri, creada en Barakaldo en 1993, se define como una asociación de ayuda a los excluidos y ha impulsado la creación de dos empresas, Erakus – Goiztiri y Goilurra, con el objetivo de ayudar a la encontrar trabajo para los inmigrantes y otras personas en riesgo de exclusión. Entre las dos, emplean al año a unas treinta personas en el Gran Bilbao.

Al frente de la primera se encuentran Íñigo, un encargado de obra proviniente de Erakus, y Susana, una educadora de la ONG. El trabajo de esta última, según explica ella misma, se define como “acompañamiento a la inserción” e incluye mejorar nivel de castellano de los inmigrantes, enseñarles a realizar gestiones administrativas – como obtener la tarjeta sanitaria – , proponerles la realización de cursos o ayudarles a buscar una vivienda.

Este modelo de colaboración se repite con Goilurra – que fabrica componentes en exclusiva para Trelliborg – y en otras experiencias como, por ejemplo, la que permitió emplear a una veintena de inmigrantes en la pasada campaña del txakoli, asesorados por técnicos de Lorra, la asociación de productores agrarios de Vizcaya. “Vimos que éramos buenos en las labores de inserción, pero que para ofrecer empleo debíamos aliarnos con empresas”, explica Jesús Castanedo, gerente de la ONG.

Erakus y Goilurra cuentan con una financiación del Gobierno vasco de un 25% y ayudas desde la obra social de BBK. Son lo que Castanedo define como “empresas de tránsito”. Persiguen que los inmigrantes adquieran habilidades no exclusivamente laborales y, a partir de los seis meses, les animan a buscar trabajo fuera. Hay una gran lista de espera – “y cada vez más” – y se elige a las personas más necesitadas (por ejemplo a aquellas que estén a punto de perder el permiso de residencia) y que al mismo tiempo sean de la confianza de la ONG por haber participado antes en cursos u otras actividades. El reto, explica Castanedo, es la crisis, que amenaza la segunda parte del programa: “Antes, todos encontraban trabajo fácilmente fuera. Ahora se ven obligados a apurar al máximo el tiempo aquí”.

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