La madre de todas las emigraciones
ABC, , 14-02-2009La presión ejercida por varias asociaciones sobre una de las mafias que controlan la emigración clandestina entre África y España ha servido para salvar la vida de una niña nigeriana a la que impedían ir al hospital a pesar de que se encontraba de parto. Ha ocurrido hace pocos días en Tánger, la ciudad del estrecho de Gibraltar adonde cada vez llegan más mujeres y más jóvenes desde países subsaharianos.
No se trata de un fenómeno nuevo, según el informe «Los derechos de las mujeres migrantes. Una realidad invisible» que la organización Women´s Link hará público en los próximos días y al que ha tenido acceso ABC. Pero sí que está adquiriendo dimensiones «preocupantes» con la llegada a Marruecos los pasados meses de octubre y noviembre de «una nueva hornada» de mujeres jóvenes emigrantes, como relata una de las fuentes que ha realizado el estudio.
Muchas acaban prostituyéndose, mendigando, violadas o con embarazos y abortos no deseados. Esto ocurre casi siempre, según el informe, bajo la responsabilidad directa de los hombres que las controlan o por abusos de los agentes de seguridad.
«Marido del camino»
Finalmente lograron que fuera a un hospital, donde fue intervenida de urgencia. El bebé, que tuvo que nacer por cesárea, y su madre fueron recogidos de inmediato por los compatriotas que integran la red mafiosa y ahora se encuentran en paradero desconocido. «Muy probablemente esté ya en manos de su «marido» en Rabat», añade la misma fuente.
El conocido como «marido del camino» no es precisamente quien está casado con ella. Éste es el término empleado para designar al varón que controla los movimientos de la mujer mientras emigra. Como concluye Women´s Link después de entrevistar a 98 subsaharianas (71 en Marruecos y 27 en España) de entre 10 y 55 años entre 2005 y 2007, esos hombres «exigen favores sexuales y domésticos a cambio de proteger a las mujeres de otras formas de violencia y ayudarlas a llegar al país de destino».
Esa es sólo una de las formas de sometimiento a las que se ven obligadas las mujeres, pues hay «múltiples formas de violencia a lo largo de todo el proceso migratorio hacia Europa». Esa violencia, que va «desde las agresiones físicas y sexuales hasta el abuso económico y psicológico, es perpetrada de manera sistemática tanto por las autoridades como por otros hombres».
Prostituídas y endeudadas
El miedo a los tratantes que las controlan y a ser deportadas por las autoridades impide a las mujeres denunciar su situación o solicitar los servicios básicos.
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