Un presunto ataque xenófobo contra una brasileña embarazada en Suiza provocó ayer una reacción airada del Gobierno de Luis Inacio Lula da Silva. La Policía de Zúrich niega que la denunciante estuviera encinta y sugiere que las heridas cortantes que tiene en el cuerpo y extremidades se las infligió ella misma.

Paula Oliveira, una abogada brasileña de 26 años, declaró haber sido atacada el lunes en la estación central de Zúrich. La mujer, que en el momento de la agresión estaba hablando por su móvil en portugués, habría sido golpeada, con patadas, y marcada con un arma cortante. Como consecuencia de la paliza, Oliveira asegura haber perdido poco después en un aborto espontáneo los dos gemelos que esperaba.

Según la denuncia, los atacantes fueron tres ‘cabezas rapadas’, y uno de ellos tenía una esvástica en la frente. Las numerosas marcas que le dejaron en el abdomen parecen las letras ‘SVP’, siglas del Partido Popular Suizo, que forma parte de la coalición de gobierno del país.

Lula pide respeto

El presidente brasileño advirtió de que su Ejecutivo «no se va a quedar quieto ni callado» ante el caso y exigió «respeto a los brasileños como nosotros respetamos a los extranjeros en nuestro país». «No podemos aceptar ni callar ante tamaña violencia contra una brasileña en el exterior», reafirmó el mandatario.

El canciller, Celso Amorín, declaró que la agresión tuvo las características de «un acto de xenofobia» y pidió a las autoridades «una investigación transparente». La Policía suiza, por su parte, afirma que la joven no estaba embarazada y manifestó sus sospechas de que las heridas fueron «autoinfligidas».