S. Heredia
INMIGRACIÓN Incorporada en nuestra sociedad desde hace dos décadas, la comunidad musulmana ve cómo sus problemas se transforman. Ya no le preocupa la integración: casi nueve de cada diez (el 86%) se sienten adaptados en España. El problema va por otra vía: la clave es económica. “Quien sentirá el impacto de la crisis va a ser el inmigrante”, dijo ayer Celestino Corbacho, ministro de Trabajo e Inmigración. El 21% de ellos está en el paro, muy por encima de la media española, del 14%. Tres ministros – Interior, Justicia y Trabajo e Inmigración-presentaron ayer el tercer estudio sobre la comunidad musulmana en España: el colectivo, con una media de edad de 27 años, se siente bien atendido por la sanidad pública (lo dice el 81%), bien respaldado por la Constitución (79%) y respetado en su religión. Sólo tres de cada diez advierten recelo hacia su religión.