ELECCIONES EN ISRAEL / Enfrentamiento entre comunidades
«¡No pasarán!»
El Mundo, , 11-02-2009La visita de un ultraderechista a la localidad de Umm al Fahm desata disturbios y exacerba la hostilidad entre árabes y judíos Umm al Fahm
La mezcla no podía ser más variopinta. Desde anarquistas judíos hasta islamistas árabes. También había viejas militantes de la izquierda israelí ya entradas en años como Tamy Burger que no habían dudado en madrugar para encontrarse a las siete de la mañana en el acceso de Umm Al Fahm.
«Es un gesto simbólico. No podemos dejar que entre Baruch Marzel porque es un fascista. Lo triste es que forma parte de una tendencia.Es un martes negro para Israel. Si alguien tenía duda de que somos un estado Apartheid hoy lo podemos confirmar», señaló la señora de 51 años. «¡No pasarán!», lanzó un joven punkie a su costado.
Tamy se había unido a casi un centenar de manifestantes que mantenían una estrecha vigilancia de la entrada de la ciudad árabe sita en el norte de Israel para impedir la entrada de Marzel, un activista de la alianza radical Unión Nacional, que pretendía ejercer como supervisor de un centro de votación en esa villa. Frente a ellos la policía anti disturbios había desplegado a casi el mismo número de agentes.
La tensión que es capaz de generar la visita de un personaje como Marzel a una urbe árabe – el susodicho fue militante de la formación del rabino Meir Kahane, que abogaba por la expulsión de Israel de esta comunidad – es un símbolo de la profunda animadversión que se ha establecido entre la mayoría y la minoría israelí, cuya mejor expresión se ha observado durante la presente campaña, marcada por el ideario racista de Avigdor Lieberman.
Una ideología que sin embargo goza de un predicamento creciente entre el electorado israelí como demostraron los resultados parciales que ayer obtuvo tanto Lieberman como la propia Unión Nacional, que considera al ex portero de discoteca nacido en Moldavia como un «moderado».
La desconfianza entre los dos sectores se ha convertido hasta en motivo de inspiración para los humoristas locales y el programa cómico Eretz Nehederet dedicó ayer un divertido capítulo al restaurante más conocido de Umm al Fahm, el – Babor, alertando en clave irónica sobre esta crisis de convivencia. «El único lugar en el que los dos pueblos se juntaban es en los restaurantes, pero esta vez hasta el puente del hummus (puré de garbanzos típico de la región) se ha roto. Durante la campaña se ha registrado una enorme incitación contra los árabes por cínicos motivos políticos», manifestó el director de la emisión, Muli Segev.
Para el alcalde de Umm al Fahm tales divergencias sólo se aplican a una parte de la mayoría judía. «En Umm al Fahm estamos dispuestos a recibir a cualquier persona y no nos importa su religión: judíos, cristianos, lo que sea. Pero no a alguien como Marzel que sólo busca la provocación y que odia a los árabes. También lo intentó Kahane y se lo impedimos», aclaró cuando esperaba a Marzel.
Este último y el citado Kahane parecen mantener una especial fijación con Umm Al Fahm. El clérigo extremista protagonizó en 1984 otra visita fallida a la población norteña que también acabó en algarada.
Su sucesor tampoco lo consiguió al prohibírselo la policía aduciendo que existía un alto riesgo de disturbios. «El objetivo de la policía es proteger al público», señaló el general Simón Koren, responsable de los uniformados en la zona.
Curioso pero Marzel – que se encontraba ya a poca distancia de Umm al Fahm cuando los agentes le cerraron el paso – recurrió casi a la misma expresión que Tamy Burger. Para él la determinación oficial también representó «un día negro para la democracia» israelí. «La policía se ha rendido frente a unos matones. Es una vergüenza», añadió.
Sin embargo, poco después otro compañero de Marzel, el diputado Aryeh Eldad consiguió llegar hasta el mismo colegio electoral donde pensaba instalarse Marzel suscitando de inmediato la protesta de decenas de chavales.
La turba comenzó a proferir gritos e insultos contra el ultraderechista, mientras se multiplicaban los encontronazos con la policía. Pocos minutos después los agentes indicaron a Eldad que debía abandonar el lugar ante el cariz que estaban tomando los acontecimientos.El asunto concluyó a pedradas y con varios detenidos.
Los dirigentes de los partidos árabes, políticos como Jamal Zahalka – que también se personó en Umm al Fahm – intentaron utilizar el pequeño rifirrafe para motivar a su electorado. «Estamos en medio de un intento fascista para echarnos del parlamento. Hay que ir a votar», proclamó Zahalka.
(Puede haber caducado)