Los peores augurios no llegaron finalmente a materializarse. Los votantes suizos votaron sí sin recelos en el referendo de ayer acerca de la renovación los pactos con la UE sobre inmigración, que permiten la libre circulación de trabajadores y la extensión de estos derechos a los ciudadanos Bulgaria y Rumanía, los dos últimos países que han entrado a formar parte de la Unión. Tanto los medios económicos del país helvético como los dirigentes políticos suizos y los líderes de la UE respiraron aliviados y dieron la bienvenida a un resultado electoral en el que hubo un 59,6% de votos afirmativos.
En la actualidad, los 15 primeros países miembros de la UE disfrutan de un régimen que permite a sus ciudadanos instalarse y trabajar libremente en la Confederación Helvética, mientras que los trabajadores de otros 10 países que se adhirieron con posterioridad están sometidos a un contingente hasta el 2011. Ello ha permitido que 200.000 ciudadanos europeos se instalen en territorio suizo y que 400.000 personas con pasaporte helvético hagan el recorrido inverso.
El resultado del referendo de ayer hace posible la renovación de estos acuerdos bilaterales con la UE y su extensión a los trabajadores originarios de Rumanía y Bulgaria. A partir del 1 de abril, fecha en que entrarán en vigor, se aplicará un régimen transitorio de 10 años en el que los trabajadores búlgaros y rumanos estarán sometidos a una cuota.

CLÁUSULA DE SALVAGUARDA
Con posterioridad, Suiza podrá aplicar una cláusula de salvaguarda en caso de que se produzca una fuerte inmigración de estos dos países.
Los analistas habían temido un resultado negativo debido a la difícil coyuntura económica, miedo azuzado por la ultraderecha. El populista Partido Popular Suizo argumentó que la entrada de búlgaros y rumanos daría lugar a una competencia salarial desleal, al abuso de la ayuda social, al aumento de la delincuencia y a la pauperización del país.
Suiza, un país de amplia tradición proteccionista, se desmarca así de la evolución vivida en otros países de la UE, en especial en el Reino Unido, donde trabajadores del sector energético fueron a la huelga recientemente para protestar contra la decisión de traer obreros italianos y portugueses para trabajar en una refinería. Un voto negativo hubiera puesto en cuestión los pactos de Suiza y la UE en el ámbito económico.
El presidente de la Comisión Europea, Jose Manuel Durao Barroso, transmitió al presidente de Suiza, Hans – Rudolf Merz, las felicitaciones de Bruselas por lo que consideró un “excelente resultado”, al tiempo que consideró que se abría el camino para el reforzamiento de las relaciones entre los Veintisiete y Suiza. “Incluso en tiempos difíciles, la mayoría de los votantes ha admitido que la apertura es la única estrategia adecuada para una economía muy orientada hacia el comercio exterior”, dijo la patronal suiza en un comunicado.