Los robos en Estados Unidos encuentran como blanco fácil a inmigrantes hispanos indocumentados que, por temor a una deportación, no reportan los hechos a la Policía y facilitan los crímenes en su contra, dijeron activistas pro inmigración y autoridades.

Las víctimas son en su mayor parte trabajadores rurales de Florida y otros estados del sur de EUA, quienes a menudo cobran sus salarios en efectivo y viven con su dinero a cuestas ya que no disponen de cuentas bancarias, las que no pueden abrir por falta de documentos de identificación.

“Se cometen muchos robos (a inmigrantes indocumentados), pero muy pocos se reportan a la Policía”, dijo Cheryl Little, directora ejecutiva del Centro de asesoramiento a inmigrantes de Florida (FIAC, siglas en inglés). Existe entre muchos inmigrantes hispanos desconfianza en recurrir a los agentes de seguridad, vienen de países donde no confían en la Policía.

El número exacto de robos a este sector “nunca se va a saber”, ya que no se reportan por temor a la deportación, dijo Little.

Por ello, grupos de ayuda a inmigrantes y la propia Policía informan que no se arriesgan a una deportación por denunciar un crimen, pero sí facilitan la tarea de ladrones que se sienten impunes.

“Una de las cosas que más intentamos señalar cuando vamos a las comunidades hispanas a hablar de esto es que si uno es víctima de un delito la situación de una deportación no tiene nada que ver”, dijo Elizabeth Watts, portavoz de la Policía de Clearwater, Florida. Esa ciudad tuvo en 2008 un total de 55 robos contra hispanos, según Watts.

En Austin, Texas, las autoridades lograron un acuerdo con los bancos locales para que trabajadores inmigrantes abrieran cuentas en las entidades, dijo Brian Miller, del Departamento de Policía de Austin.