Inmigrantes con una vida normalizada se ven abocados a pedir la ayuda básica
llegan desde otras comunidades con la idea de que el impacto de la crisis en euskadi ha sido menor.
Deia, 07-02-2009BILBAO. Él trabajaba en la construcción. Se estaba planteando incluso comprarse una casa cuando se quedó en paro. Tras intentar recolocarse, sin éxito, cogió su familia y sus ahorros y vino a Euskadi, convencido de que el impacto de la crisis aquí era menor. Acabó metido, con su mujer y sus hijos, en una pensión de San Francisco.
La historia de este inmigrante, atendido por Cáritas Bizkaia en Bilbao, refleja una nueva realidad que, a raíz de la crisis, también han detectado otras entidades benéficas. “Todos los trabajadores sociales coinciden en que empiezan a aparecer de forma significativa personas extranjeras que se habían asentado en otras zonas del Estado, al albur del tema de la construcción, y que con la pérdida de puestos de trabajo llegan aquí pensando que la crisis no está afectando tanto”, explica Ana Sofía Telletxea, responsable de Acción social de base de Cáritas Bizkaia. “Son personas que no están en una situación irregular irrecuperable, sino que llevan años viviendo en el Estado, tienen en vigor permisos de residencia y trabajo próximos a caducar y si no consiguen reinsertarse en el mercado laboral, volverían al inicio del proceso migratorio”, resume, con conocimiento de causa, esta trabajadora social.
Manuel Calvo, coordinador de Cruz Roja Bizkaia, confirma este nuevo perfil de usuarios. “Se está acercando gente que igual lleva cinco años o más aquí, había normalizado su vida, tenía trabajo, lo pierde y ya no puede pagar el alquiler”, señala. Tal es el incremento de solicitud de ayudas para alimentación, alojamiento y ropa que han registrado en los últimos meses que se están “replanteando” su modelo de intervención. “Estaba dirigido al emponderamiento, la formación y el empleo y hemos vuelto para atrás, a la ayuda básica”, constata.
La situación, en ocasiones, se hace insostenible y a muchos inmigrantes se les pasa por la cabeza regresar a su país. De hecho, según informan desde el Departamento de Inmigrantes de Cruz Roja Bizkaia, sólo en enero noventa personas han demandado información sobre el programa de retorno voluntario.
En el Departamento de Educación del Gobierno vasco los movimientos migratorios también dejan huella. De hecho, en enero una treintena de alumnos extranjeros se matricularon cada semana en los centros escolares de Bizkaia. >a. rodríguez
LAS FRASES
“Viene gente que lleva cinco años aquí, pierde el empleo y ya no puede pagar el alquiler”
manuel calvo
Coordinador de Cruz Roja Bizkaia
“Tienen permisos próximos a caducar, si no consiguen trabajo, volverían al principio”
ana sofía telletxea
Trabajadora social de Cáritas Bizkaia
(Puede haber caducado)