Donostia. El tratamiento con retrovirales y el hecho de que, en la práctica, el sida se haya convertido casi en una enfermedad crónica en lugar de mortal, ha implicado que se haya bajado la guardia en los últimos años en medidas de prevención y que, como consecuencia del incremento de prácticas sexuales de riesgo, esté dándose un repunte no sólo de casos de VIH, sino también de enfermedades de transmisión sexual. Por eso, además de medidas desde otros ámbitos y de apostar por integrar la educación sexual en la enseñanza obligatoria desde Primaria, la secretaria del Plan Nacional sobre el Sida, Teresa Robledo, anunció ayer en Donostia que se están planteando potenciar las campañas de sensibilización.

Robledo habló de campañas que deberían ser específicas para diversos colectivos considerados de riesgo, principalmente “el de los jóvenes, el de los hombres que tienen relaciones sexuales con hombres, el de las mujeres desde un enfoque de género y el de la población inmigrante, teniendo en cuenta su diversidad”.

En ese sentido, Robledo recordó que las transmisiones entre colectivos de toxicómanos o en relaciones heterosexuales ha disminuido, no así las que se dan en otros ámbitos. Respecto a los jóvenes, señaló que “ninguno ha visto morir a un amigo de sida” y que, eso hace que vean el sida como algo lejano, lo que les lleva a relajarse o “cansarse” de medidas de prevención como utilizar preservativos.