El ministro francés de Inmigración, Eric Besson, firmó ayer una instrucción que permitirá a las autoridades policiales conceder permisos de residencia a los inmigrantes en situación de irregularidad que denuncien a las redes mafiosas. La iniciativa ha despertado una fuerte polémica: Besson la defiende como una herramienta clave en la “guerra” contra las redes clandestinas, pero las organizaciones de defensa de los inmigrantes creen que la medida es muy ineficaz y peligrosa para las familias de los denunciantes.

Besson niega que se esté recompensando a los colaboracionistas alegando, en primer lugar, que no es una recompensa porque el objetivo principal de la medida es “desmantelar las redes mafiosas”. Tampoco tiene ningún problema en imaginarse a un inmigrante sin papeles entrando en una comisaría.

“Hoy tienen un estatus que no les permite ir a denunciar su triste condición y por eso pueden tener miedo de ir a la comisaría, pero con el sistema que se pondrá en marcha saben que si denuncian a quienes les han colocado en esa situación pueden tener de manera instantánea un permiso de residencia provisional”, argumentó ayer el ministro de Inmigración.
“Espectacularmente ineficaz”

Besson se ha propuesto desmantelar este año 240 redes de tráfico de inmigrantes, el doble de las que se desmantelaron en 2008.

Las ONG no comparten la visión del Gobierno galo. Para Francia Tierra de Asilo (FTA) el proyecto es “espectacularmente ineficaz”. Esta organización recuerda que una medida similar sobre la prostitución puesta en marcha por el entonces ministro del Interior, Nicolas Sarkozy, no mejoró la situación de las prostitutas.

Para SOS Racismo, la idea es “preocupante porque oficializa las prácticas de la delación” y puede tener consecuencias graves para la seguridad física de las familias de los denunciantes en sus países de origen.