Estoy empezando a pensar que tenemos los políticos que merecemos. Después de ver el debate del inútil pleno parlamentario sobre la crisis económica, el inmovilismo de nosotros, los canarios es injustificable. Me impresiona que en los bares no se hable de otra cosa que la crisis y que sigamos asistiendo como mero espectadores al espectáculo político que nos rodea. El silencio es atronador y, discúlpenme, inaceptable.

Es imposible no rebelarse ante un presidente regional que achaca el desempleo y el incremento de la población activa a los inmigrantes que llegan en cayuco. Sin rubor, en televisión, en el Parlamento de Canarias, Rivero clama que 36.000 personas, que por cierto no pueden defenderse, han aumentado la población activa complicando la creación de empleo. Y nadie grita, ni protesta, ni denuncia que ninguno de esos inmigrantes se ha quedado en Canarias. Ni la oposición, ni las personas justas que no quieren que les gobierne un Ejecutivo xenófobo y demagogo. Silencio.

El grupo parlamentario socialista presumió ayer de tener un montón de ideas pero no las comparte no vaya a ser que quien les saque rédito político sean otros. Encima parece que hay que aplaudirles por su oposición dura e inflexible pero vacía de ideas, porque hasta que no me demuestren lo contrario el PSC es igual de incompetente que el Ejecutivo. Y los votantes que le dieron la mayoría en el Parlamento, aunque no el Gobierno, calladitos.

Los ayuntamientos de menos de 200 habitantes que participan en el Fondo Estatal de Inversión Local tendrán que pagar los carteles que promocione el maná de José Luis Rodríguez Zapatero. Las vallas miden 12 metros cuadrados porque el nombre del proyecto Plan E necesita mucho espacio y cuestan 2.500 euros. Esto supone casi el 30% de varios proyectos canarios en municipios como Alajeró, Moya, Candelaria o La Orotava. Nadie trabaja por el país gratis. Y más silencio.

En estos momentos el pesimismo me tiene invadida porque, de los políticos canarios no me esperaba mucho, mas bien nada, pero de los ciudadanos…