La inmigración ha convertido a la Comunitat Valenciana en una paleta en la que los colores se mezclan cada vez más. Así lo demuestran las más de 4.000 bodas entre valencianos y extranjeros que se han llegado a celebrar en tan sólo un año. El número de enlaces en la Comunitat en el que al menos uno de los cónyuges es extranjero se ha quintuplicado. “De los 740 matrimonios contraídos en 1996 se ha pasado a más de 4.116 hasta 2008, es decir, cinco veces más que hace 10 años”, apuntaron fuentes de la Conselleria de Inmigración y Ciudadanía.

Los enlaces entre valencianos e inmigrantes han ido creciendo paulatinamente durante los últimos años. Un dato significativo es que ahora los llamados matrimonios mixtos ya representan casi el 20% del total de matrimonios que se producen anualmente en Valencia, Alicante y Castellón.

“Si hace 10 años apenas suponían el 3% del total de bodas, ahora ya son cerca del 20%”, explicaron las mismas fuentes.

Dori D’Améstica y Antonio Resco forman una de las parejas que en breve engrosarán, aún más, la estadística actual. “Nos casamos este mismo año por lo civil. La boda religiosa ya llegará más tarde y será en Chile aunque nuestra vida continuará en Valencia”, explica la joven, nacida en la ciudad chilena de Temuco.

Se conocieron hace dos años cuando ella estudiaba un posgrado en Valencia. Él es granadino aunque también reside en la ciudad desde hace años. Se casarán en Toledo. “En el Registro Civil nos dijeron que tenían mucha espera porque hay muchas peticiones de matrimonios y que, al menos, se demoraría un año”. Por ello, decidieron irse a otra región a contraer matrimonio.

Además, la documentación que tienen que recopilar los extranjeros es muy estricta. Al menos, así lo relata Dori. “El certificado de nacimiento han tenido que firmármelo en varios organismos de Chile y también en el Ministerio de Relaciones Exteriores, en Madrid”, reconoce. Junto al certificado de empadronamiento y el pasaporte, la joven suramericana tuvo que adjuntar “un documento de inscripción consular”.

Cuando esté casada, esta joven podrá traer a su hijo, de nueve años, que reside en Chile. Es lo que se conoce como reagrupamiento familiar, un fenómeno que se está consolidando en la Comunitat.

Lo cierto es que el número de inmigrantes que se establecen en la Comunitat aumenta con el paso de los años. Los últimos datos ofrecidos por el Instituto Nacional de Estadística recogen un total de 847.339. De hecho, es la tercera región de España en la que más aumentado la presencia de extranjeros, sólo por detrás de Madrid y Barcelona.

Por ello, desde la Conselleria de Inmigración exigen al Gobierno Central que ajuste el Fondo de Apoyo a la Acogida e Integración de Inmigrantes a los nuevos datos.

Para el conseller de Inmigración, Rafael Blasco, “el incremento de los matrimonios mixtos corrobora el alto nivel de integración de los extranjeros en la Comunitat. La inmigración ha dejado de ser una de las principales preocupaciones de los valencianos, lo que demuestra la eficacia de las políticas de integración llevadas a cabo por la Generalitat”, aseguró.


Británicos y rumanos

La nacionalidad rumana es la que más ha aumentado su presencia, con un total de 128.000 personas. Tras ellas, los crecimientos más llamativos los han experimentado los búlgaros, bolivianos, marroquíes e italianos. Sin embargo, el mayor colectivo de extranjeros establecido en la Comunitat sigue siendo el formado por los británicos, aunque su aumento interanual apenas supera el 10%. Por provincias, la de Alicante es la que aglutina más inmigrantes, por delante de Castellón y Valencia. En cuanto al perfil, el 53% de los inmigrantes son hombres, aunque en los últimos años se va incrementando la presencia de las mujeres.

En concreto, los nacidos en alguno de los países de la Unión Europea suponen más del 32% de todos los inmigrantes empadronados. La mayoría de ellos tienen más de 70 años. Suelen ser de Alemania y Gran Bretaña y residen en zonas costeras de Alicante. “Los motivo principales por los que se trasladan a la Comunitat son mejorar la calidad de vida, para buscar un empleo mejor y por razones familiares (reagrupación)”, apuntaron desde la Conselleria.