Una de cada cuatro maltratadas y uno de cada tres agresores son extranjeros
Diario de noticias de Gipuzkoa, , 05-02-2009La tasa de renuncia ascendió el año pasado al 12%, un dato “muy preocupante”, advierte el consejero de Justicia
bilbao. Una de cada cuatro mujeres que presenta denuncia por malos tratos es extranjera, como lo es uno de cada tres hombres que es denunciado, explicó ayer el consejero de Justicia del Gobierno Vasco, Joseba Azkarraga. El colectivo inmigrante representa el 5% de la población de la CAV, pero la incidencia de la violencia de género es mucho mayor en él que entre la población autóctona. La explicación, según la decana de la Facultad de Sociología de la Universidad de Deusto y directora del máster en Intervención en violencia contra las mujeres , María Silvestre, se encuentra en el cambio de rol de la mujer, tan mal asimilado por algunos hombres, y donde la brecha entre sexos es todavía mayor en este colectivo.
“En las sociedades contemporáneas asistimos a un cambio enorme del papel social de la mujer. El proceso genera dificultades en las relaciones con los hombres y el cambio es mayor en Latinoamérica y países del norte de África”, indica la profesora. “Por ejemplo, en comparación con una mujer vasca, una latinoamericana está cambiando más su identidad y percepción social, porque procede de una cultura donde la concepción de la mujer, grosso modo , es aún más machista que la nuestra, y sigue estando muy ligada a los patrones patriarcales que la consideran una propiedad sin valor económico, la responsable del mantenimiento de la estructura familiar y un objeto sexual”. Una percepción generalizada, grosso modo , hace apenas dos o tres décadas en el Estado, antes de que aquí el cambio empezara.
Muchas mujeres inmigrantes emprenden solas el viaje y cuando recalan en su destino, buscan trabajo, ganan un sueldo y “empiezan a desenvolverse en la vida pública independientemente”. Luego llega el marido, o encuentran pareja. Y la relación sentimental entre un hombre y una mujer debe redefinirse forzosamente: “Las mujeres representamos un desajuste en las sociedades contemporáneas y un elemento perverso de ese cambio es la violencia de género”, indica María Silvestre.
Independientemente del origen de la mujer que finalmente se atreve a denunciar a su pareja o ex pareja, el camino para reajustar la sociedad será “largo, porque hay que trabajar en la educación en valores y los resultados no se ven de un día para otro”, advierte la decana.
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