La denuncia sobre el riesgo de aumento de la xenofobia y el racismo en las calles italianas lanzada ayer por el presidente Giorgio Napolitano a raíz de criminal ataque de tres jóvenes contra un vagabundo de nacionalidad india que dormía en la calle, es una señal de alarma también para otros países europeos Ataques similares a inmigrantes, personas sin techo, o mendigos, son cada vez más frecuentes en los países desarrollados y revelan una escandalosa banalización de la violencia sobre los más desheredados. Pero también pueden ser el reflejo inconsciente de actitudes y discursos sociopolíticos cada vez más agresivos sobre el fenómeno de la inmigración o las dificultades de integración religiosa o cultural de los extranjeros en las sociedades avanzadas.