Huevos de serpiente

El Periodico, JOAN BARRIL, 02-02-2009

En una reciente encuesta para la Generalitat de Catalunya resultó que la cosa de la financiación autonómica estaba a la cola de las preocupaciones del ciudadano catalán. No es extraño, porque a fuerza de discusiones intrapartidarias, de plazos que no se cumplen, de pactos contranatura, de amenazas de patio de colegio y de cifras secretas porque estamos jugando al póker con un estado fullero, la gente ya no se cree nada.
Y cuando no hay fe y lo único que se intuye es que las cifras solo sirven para saber quién tiene la financiación más larga, los encuestados consideran que la cosa no va con ellos.
Porque en tiempos de crisis no está el horno para grandes inquietudes nacionales. La preocupación mayor de la gente es saber si tendrá trabajo y si llegará a fin de mes. Más o menos la misma preocupación que de forma Guadiana viene quitando el sueño a las clases más desfavorecidas del primer mundo desde hace un siglo.
En la medida en que esa gente no entiende cómo ha podido llegar hasta esta situación, busca inmediatamente responsables. Los primeros en caer del pedestal son los bancos y las cajas, que de ser los estimuladores del crédito han pasado a convertirse en ejecutores sin más entrañas que su propia supervivencia. Los segundos son los nuevos. Casi un 10% de los encuestados, incluso aquellos que en su día inmigraron, consideran que los inmigrantes les están quitando oportunidades de trabajo.
Tal vez el nacionalismo reactivo tiene el campo abonado en estos argumentos. La xenofobia antirumana se dispara en Italia. Los sindicatos británicos del sector de la energía están a punto de iniciar una huelga para evitar que sus puestos de trabajo puedan ser copados por trabajadores no británicos. En Paiporta, cerca de Valencia, una organización de claro contenido ultraderechista, España 2000, organiza una manifestación nocturna con antorchas y toda la liturgia asociando inmigración y delincuencia.
Cuando conviene apelamos a la nación, pero en tiempos de crisis la nación se vuelve racista. El huevo de la serpiente tiene muchos fecundadores. Y trabajo no les faltará. Porque por lo visto la compañía Levantina de Seguridad, cuyo propietario es el líder de España 2000, ha sido contratada por la Generalitat de Catalunya para que se encargue de proteger el castillo templario de Miravet. Se supone que de los moros, como hace 800 años. Así se entiende que lo de la financiación no importe demasiado, la verdad.
El lujo del siete

Hace bastantes años que un pantalón tejano nuevo es más caro si luce rasgaduras y sietes en sus perneras. Los más ricos se disfrazaban de pobre y esos pantalones raídos artificialmente combinaban a la perfección con el oro en las muñecas y el visón en el cuerpo. Ahora la moda pantalonera ha pasado a la aeronáutica. Se ha comprado, por necesidad manifiesta, una línea aérea llena de lamparones y de agujeros. Y vendemos la compra como si fuera un éxito de la moda de 10 años. Pero que nadie se confunda. Pronto los pantalones raídos no serán obra del diseño, sino de la escasez. Lo verán.

Efecto óptico

Coincido con un viejo amigo. Lleva gafas nuevas y le digo: “¡Qué bonitas gafas llevas!” La respuesta es:“Me las hice en Venecia”. Está claro. No compró las gafas para ver, sino para que le viéramos.

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