Móviles a 15 euros en la plaza de España
Vendedores de teléfonos y otrosartículos «de la basura» compartenmercadillo con puestos regulados, pesea la constante presión policial
El Correo,
,
02-02-2009
Hay móviles desde 15 hasta 70 euros, incluso en ocasiones pueden verse a sólo 5. Otro puesto reúne una pila de cargadores al precio único de 3 euros. A pocos metros, un hombre ofrece una linterna y una máquina de afeitar por 10 euros, con derecho a comprobar antes su funcionamiento. Son sólo una parte de la sorprendente oferta que se concentra ‘a fogonazos’ en un cantón de la plaza de España, junto a la Virgen Blanca, cualquier domingo como el de ayer.
De repente se ve llegar a una pareja de ertzainas de ronda y todos estos vendedores recogen sus cosas del suelo a la velocidad del rayo, las meten en una bolsa o capazo y desaparecen. Volverán más tarde, cuando comprueben que se ha restablecido la calma y no hay agentes a la vista. Como el gato y el ratón.
En el resto de la plaza funciona con normalidad el tradicional mercadillo con puestos dedicados a la venta de libros de segunda mano, sellos, monedas y billetes de banco, además de antigüedades de mayor o menor valor, artículos de bronce, cerámica, jarras de cerveza, postales o revistas antiguas. Más de cuarenta tenderetes que ofrecen su mercancía variada a un público bastante fiel.
Licencias municipales
«¿Móviles robados? Quizá algunos, pero no siempre. Puede ser el caso de los perfumes. Pero muchos teléfonos han sido abandonados, puestos a la venta por sus titulares o, simplemente, recogidos de la basura, como otras cosas», explicaba ayer un asiduo que prefiere no dar su nombre.
El Ayuntamiento y la Policía Municipal – en ocasiones también la Ertzaintza – llevan dos años dando batalla a estos vendedores. La mayoría, magrebís y gitanos rumanos. Los titulares de los puestos de coleccionismo tienen una licencia municipal por la que pagan 107 euros al año.
«Mi hermano quiere un permiso pero dice que no se lo dan a los extranjeros», explica Fuad, un joven marroquí. «No es ésa la distinción», le replica un librero con más de diez años de veteranía en la plaza. «Las licencias están muy reglamentadas y enfocadas explícitamente a los artículos para colección, sean de mayor o menos calidad, no a objetos diferentes cada semana, a salto de mata», cuenta.
Cada domingo se producen tres o cuatro sobresaltos por la presencia policial. «Hay presión pero menos que en Tudela o Pamplona, a donde también suelo ir», explica Josep Zaragoza, que ofrece postales antiguas y monedas.
A muchos vendedores no les preocupa esa presencia, «ajena» al mercadillo tradicional. «No lo empaña. Ni siquiera lo ves, no te fijas», asegura José Luis Perelló, que baja todos los domingos desde Amurrio con sus monedas y billetes.
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