Dieciocho días de ayuno y doce kilos menos han obrado el «milagro». El empresario rumano Damián Catalin ha conseguido cobrar 630.000 de los 700.000 euros que reclamaba a la empresa constructora Obrum, que ha pedido el concurso de acreedores, aunque no ha sido la constructora la que ha pagado, sino una promotora andaluza y el Ayuntamiento de Alcorcón, ya que era el promotor de una de las obras por las que la empresa de Catalin, Romtectabi, reclamaba dinero.
«He estado sin comer 18 días, pero no he parado en este tiempo de hacer gestiones para cobrar y quiero agradecer públicamente el apoyo que he recibido de Esperanza Aguirre y del Ayuntamiento de Alcorcón, los únicos políticos que se han interesado por su protesta que han mostrado una especial sensibilidad», manifestó ayer Catalin a ABC.
Efectivamente, en este tiempo en el que ha «acampado» en la calle Arturo Soria frente a la sede de Obrum, Catalin ha continuado trabajando «en lo que ahora toca, que es procurar cobrar lo que te deben», manifiesta el empresario.
Catalin y su socio, Julián Martín, se mostraron ayer «contentos pero muy preocupados, porque seguimos teniendo la espada de Damócles encima con nuevos trabajos que seguramente no cobraremos, por lo que estos pagos apenas si nos van a dar para pagar a los trabajadores, los proveedores y cerrar la empresa de forma ordenada», manifestaron.
La huelga de hambre del empresario rumano ha servido como catalizador de la protesta de cientos de empresarios atrapados en la espiral de los impagos y que ha fructificado ya con la presentación en el Congreso de una iniciativa popular para modificar la Ley de Morosidad y obligar a que los pagos se realicen en un máximo de 60 días.
«Hemos recibido cientos de muestras de solidaridad, muchos empresarios se han acercado a nuestro «campamento» para acompañarnos en distintos momentos y la queja es unánime: sin cobrar no se puede seguir adelante y son miles de puestos de trabajo los que están en juego», subrayó Julián Martín a ABC, señalando que «los políticos deberían darse cuenta de que las pymes somos los auténticos creadores de empleo y que nuestra ruina es la ruina de España».