barcelona – El conseller de Interior, Relaciones Institucionales y Participación, Joan Saura, dio ayer por zanjada la polémica con el pueblo judío después de su asistencia a una manifestación pro palestina. «Los catalanes estamos hermanados con el pueblo judío y el gitano por nuestro pasado traumático», afirmó Saura al final de su intervención que le sirvió para recitar las bondades de su labor de recuperación de la memoria histórica. «La voluntad de no olvidar es la garantía que nunca más la guerra y el genocidio se vuelvan a repetir», aseguró.
A pesar de no participar directamente del acto organizado por el Govern, la comunidad judía decidió finalmente hacer acto de presencia en «deferencia» al presidente de la Generalitat, José Montilla, y para dar fe del final de las tensiones entre el ejecutivo y la comunidad judía. A pesar de todo, el presidente de la comunidad Israelí de Barcelona, Teodoro Burdman, no se contaba entre los asistentes, pero sí su hermano, Jorge Burdman, y la miembro de la junta directiva de esta entidad, Sophia Karcenty.
Saura aprovechó su intervención para pedir que no se haga «un uso partidista de los sentimientos xenófobos» y aseguró que «tenemos que estar atentos a las actitudes que ponen en peligro la convivencia y combatirlas con instrumentos democráticos». Saura avanzó que el próximo día 29 se presentará la base de datos más grande de deportados a campos de concentración de España y confirmó que «afectó a más personas de las que se creía, sobre todo en Cataluña».
El acto en memoria del Holocausto ha sufrido modificaciones desde su creación en 2006 cuando se limitaba a una ofrenda floral. Este año, el departamento de Participación organizó una exposición sobre el holocausto gitano – el «Porrajmos» – , así como varios parlamentos. El acto acabó con una encendida de velas en la plaza Sant Jaume.