Año nuevo chino con forma de buey

Fang Xiao recuerda cómo son las tradiciones en su país de origen.

Deia, Aida González, 26-01-2009

Bilbao. Son quince días de fiesta por el cambio de año. Desde mañana y hasta el día 9 de febrero marcados por el primer día de luna nueva del año y el segundo de luna llena. Los chinos son milenarios hasta en los años, mañana pasan del 4706 a 4707 y tendrán un animal fuerte y manso como símbolo, el buey.

Estas festividades son el equivalente a las navidades occidentales aunque sin el carácter religioso que caracteriza nuestras fiestas. Pero al igual que aquí, allí son “una oportunidad para juntar a la familia y a los amigos”, como señala Fang Xiao, oriunda de Shangai y una de las jóvenes chinas que reside en Bilbao. A través del Centro de Estudios Chinos Lu Xun que preside, transmite cómo viven “la fiesta más importante” de su país y recuerda las tradiciones de su infancia.

La mejor manera de empezar el año es estrenando ropa nueva. “Cuando yo era pequeña estábamos todos muy contentos porque toda la ropa era nueva, la interior y la exterior. La ponías la noche anterior junto a la almohada y al día siguiente te hacía ilusión estrenarla”, recuerda Fang. Célebres son los desfiles del dragón que tienen lugar en algunas ciudades asiáticas en los que los fuegos artificiales ponen la nota de color aunque, debido al peligro que entraña la pirotecnia, “en las ciudades grandes hay zonas reservadas para los fuegos, y si te sales de ellas te multan”.

Más particular resulta la gastronomía donde cada comida evoca a una superstición. “La cena es muy importante”, explica Fang. Un habitual en las mesas chinas es el pescado que “significa que cada año tenemos de sobra para el que viene”. Esta creencia tiene su origen en la pronunciación. La palabra china que designa al pescado tiene una pronunciación similar al vocablo que hace referencia a que hay de sobra. Los alimentos varían según la zona. En el norte, por ejemplo, “que son más de harina”, se estila una pasta parecida a los ravioli rellena de carne y verdura picada.

Cientos de estas figuras saltan a la mesa donde sólo una de ellas es diferente por dentro, “especial”. “Suele llevar algo muy picante y significa buena suerte para la persona a la que le toque”, cuenta Fang. El sur de China prefiere el arroz. En esta fecha tan especial se elabora una “pasta de arroz” multiusos, lo mismo “puedes cocinar para salado que para dulce”, para gustos. Con este plato se simboliza “que cada año todo va a crecer, va a mejorar”.

Fang explica que “aunque a veces no quieres cenar arroz esta noche, lo preparas porque significa que guardas para el año que viene”, por lo que este grano es un imprescindible de los banquetes del Año Nuevo chino. También hay quienes preparan vino en casa y se lo toman esta noche porque “nosotros hacemos vino con arroz”.

A las doce los petardos dan la bienvenida a la época que comienza y es el momento de “ver venir al año nuevo y decir adiós al anterior”. Estos estruendos dejan paso a los desfiles, canciones típicas y fuegos artificiales aunque hay sitio para más. También hay regalos. No hay Olentzero, pero los más pequeños no se quedan sin su recompensa por lo bien que se han portado.

No encuentran grandes paquetes con un sinfín de obsequios y juguetes sino que “los padres, los tíos y los abuelos les hacen un regalo especial. Un sobre rojo con dinero”, señala Fang. No es difícil ver alguna luz encendida en los hogares chinos aunque todos estén durmiendo. “Hay quienes dejan alguna luz encendida y se pone el despertador. Así el primero que se levanta es como si les dijera a los vecinos que ya estamos en el año nuevo”.

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