La obsesión por la seguridad del Gobierno italiano de centroderecha no cesa, y recientes casos de violencia sexual han reavivado la alarma social por esa cuestión. Así las cosas, el primer ministro, Silvio Berlusconi, anunció el sábado que planea enviar a 30.000 soldados a vigilar las ciudades en patrullas conjuntas con la policía y con otros cuerpos de seguridad. Actualmente, ya desempeñan esa función 3.000 militares, que fueron desplegados el pasado agosto en medio de una sonora polémica, pues la oposición de centroizquierda no veía claro el uso del ejército en tareas policiales.

El plan de ampliar esa presencia fue tachado ayer de “demagógico” por el líder del Partido Demócrata, Walter Veltroni, quien pidió destinar esos recursos a reforzar la policía. También ayer por la tarde causó estupefacción una frívola frase de Berlusconi, quien, en referencia a las violaciones, dijo: “Incluso en el Estado más militarizado y policial posible, pueden pasar estas cosas.” Para evitar las agresiones, razonó, “necesitaríamos tantos soldados como chicas guapas hay en Italia, eso nunca lo conseguiríamos”.

En apenas un mes se han producido cuatro episodios de violencia sexual que han indignado a la población, tres de ellos la semana pasada. Una pareja de novios veinteañeros que se hallaba apartada en el coche en Guidonia (provincia de Roma) fue agredida por cinco encapuchados; el chico fue apaleado y encerrado en el maletero, y la chica fue violada por los cinco malhechores. Se sospecha que son inmigrantes del Este, y la policía peina en su busca las barracas de las afueras.

En Roma, una mujer de 41 años sufrió idéntica agresión por parte de dos extranjeros al bajar del autobús; y en la ciudad norteña de Brescia, una joven inmigrante rumana fue asaltada y violada en su propia casa por dos rumanos y un polaco, que ya han sido detenidos. Y en la verbena de Nochevieja en Roma, una chica fue violada por un joven italiano, el cual, para escándalo general, se halla en arresto domiciliario en vez de en prisión. La idea de multiplicar por diez la presencia militar en la calle es del ministro del Interior, Roberto Maroni (Liga Norte), y le secunda el titular de Defensa, Ignazio La Russa (Alianza Nacional). “Es una propuesta para aumentar diez veces el número de militares – había dicho il Cavaliere el sábado en Cerdeña-,que en vez de ser un ejército de guardia frente al desierto de los tártaros, será utilizado para combatir al ejército del mal, es decir, a la delincuencia”. Ayer matizó que debe consultar al respecto con el presidente de la República, Giorgio Napolitano.

Los 3.000 soldados desplegados hasta ahora en Roma, Milán, Nápoles, Turín, Palermo, Catania, Padua, Verona y Bari costaron al erario el año pasado 31,2 millones de euros. Para el 2009 está prevista similar financiación, así que el proyecto de Berlusconi despierta bastante perplejidad.