Migrantes piden reabrir casos de asilo político 

Prensa Libre, 23-01-2009

Organizaciones pro migrantes en Estados Unidos pidieron al presidente Barack Obama dejar sin efecto la disposición ejecutiva de archivar expedientes de guatemaltecos que solicitaron asilo político y que por errores en la redacción y el planteamiento judicial les fue denegado ese beneficio.

Antes de abandonar la Casa Blanca, George W. Bush firmó esa orden que, según las referidas entidades, suprime el derecho al debido proceso de los migrantes. “Miles de guatemaltecos solicitaron asilo político a causa de la guerra, pero por desconocimiento de las formas judiciales, muchos fueron engañados por abogados que efectuaron mal el trámite, y por eso lo rechazaron”, dijo Édgar Ayala, de la Alianza Nacional de Comunidades Latinoamericanas y Caribeñas (Nalacc, en inglés).

“Bush ordenó que no se revisaran estos casos de asilo político cuando fueron rechazados por la mala representación de los abogados”, añadió.

La medida podría afectar a miles de guatemaltecos que cruzaron la frontera de Estados Unidos en los años 1980 a causa del conflicto armado interno, comentó.

“Durante esa década, unos 63 mil connacionales huyeron de la guerra y se establecieron en Estados Unidos, donde formaron una familia”, expuso Ayala.

“Los migrantes que residen en EE. UU. sin autorización migratoria esperaban una vía legal para obtener la residencia permanente, y así solicitar la ciudadanía. El próximo paso estaría encaminado a solucionar futuros flujos migratorios”, afirmó.

Nalacc también sugirió al presidente Obama modificar la Ley para la Reforma de la Inmigración Ilegal y la Responsabilidad del Inmigrante (Iirira, en inglés). “La normativa nació con la premisa de que los inmigrantes son una amenaza para EE. UU. Para hablar de un marco legal verdaderamente nuevo, hay que abolir o al menos reformar a fondo la Iirira”, manifestó el activista.

Explicó que también urge impulsar un programa nacional para la integración de los migrantes en Estados Unidos, de manera que puedan convivir en armonía con sus nuevas comunidades. “Debe ir más allá del aprendizaje del inglés; tiene que incluir esfuerzos para estimular un diálogo local e intercambios culturales de participación cívica y con jóvenes”, puntualizó.

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