Obama
Deia, 23-01-2009
>Es indudable que los orígenes de las emociones que transmite Obama son varios. En primer lugar, que un negro haya llegado a la presidencia de los EE.UU. y oír a gente mayor que padeció el racismo más humillante decir que era inimaginable que este hecho lo haya podido ver en vida; que sea el sustituto del presidente más inepto, deficiente, cobarde y belicista que se recuerda, y que por tanto peor no lo vaya ha hacer; que la situación económica mundial sea tan preocupante, consecuencia de los malos y viejos hábitos; y que su teórico modo de ver las cosas le dé al futuro un cierto alivio y esperanza. <! – – SEP – – >
Por supuesto que todas estas emociones, estéticas y modos, por sí solas no son nada y hay que plasmarlas en prácticas constructivas, pero algo es algo. Para los nonistas, que son los que a todo dicen no, para quienes va bien aquel dicho de cuanto peor mejor y para los que dicen que todos son iguales, este hecho histórico no significará nada, pero para otras personas sí tiene su valía, ya que piensan que no todos son iguales – aunque en muchas ocasiones sean muy parecidos – , siendo estos pequeños matices de similitud los que hacen que las cosas cambien y avancen; bien es cierto que casi siempre más lenta e insuficientemente de lo que sería deseable y necesario.
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