Washington. En esta ciudad, en Nueva Jersey y otras de EE. UU., migrantes manifestaron para presentar sus primeros requerimientos al recién juramentado presidente de ese país, Barack Obama: promover la reforma migratoria integral y detener las redadas.

“Obama no olvides tus promesas”; “Eres hijo de un migrante”; “Este país debe ser justo con todos”; estas son algunas de las consignas que migrantes expresaron durante la primera manifestación, en la recién estrenada administración de Obama.

La protesta se llevó a cabo frente al Departamento de Seguridad Nacional. Más de 300 líderes migrantes de diversos Estados se reunieron en ese lugar para recordarle a Obama que debe cumplir con sus promesas de campaña.

A pesar de las bajas temperaturas, migrantes de distintos países —Guatemala, El Salvador, Ecuador, Perú, entre otros— se unieron y gritaban: “Sí se puede”, al referirse a la posibilidad que Obama tiene de impulsar en su gobierno una reforma migratoria integral.

Con carteles y banderas, pidieron el cese de las deportaciones —que en los dos últimos años de la administración del ex presidente George W. Bush sumaron casi los 60 mil guatemaltecos— y la reunificación de las familias.

Varios guatemaltecos, como los hermanos Jaime, Blanca y Abelina Mendoza, viajaron desde Florida, a fin de solicitar el apoyo para miles de connacionales que residen en ese estado. “No quisimos esperar ni un día más para que las nuevas autoridades sepan de nuestras preocupaciones”, expresó Blanca Mendoza.

El guatemalteco Sergio Morales aseguró que es importante unificar esfuerzos para que las necesidades de los migrantes no sean olvidadas por la crisis económica y los problemas en el Medio Oriente.

Guatemaltecos originarios de la aldea Tres Cruces de Sipacapa, San Marcos, coincidieron en que sin papeles es muy difícil obtener empleo, por lo que decidieron asistir a la protesta, para dar a conocer sus necesidades.

Muchos de ellos afirmaron que salieron de Guatemala antes de cumplir los 20 años, con el sueño de mejorar las condiciones de vida de sus padres y hermanos, pero que debido a la crisis económica y la falta de documentos, el dinero que envían cada vez es menos.

Patricio Pérez, de 24 años, y Pablo López, también procedentes de San Marcos, se unieron al grupo y pidieron al presidente Obama una política pública que apoye a todos, sin importar su situación legal.