Un ecuatoriano salva a una mujer que era apuñalada en la calle

Se enfrentó al agresor mientras otros «se escondían en lugar de actuar», en Barcelona

Diario Vasco, , 21-01-2009
Wilson, el ecuatoriano que con su intervención evitó ayer en Barcelona la muerte de una mujer a manos de su ex pareja, actuó «por instinto», sin plantearse si ponía su vida en peligro. No entiende la pasividad de otras personas que presenciaron la agresión.

«Ni a un cerdo se le mata de esa manera», dijo indignado en un intento por explicar lo que le llevó, pocos minutos después de las 09.00 horas, a parar y bajarse de su coche, cuando circulaba por la calle Sicilia, para evitar que un hombre de unos 35 años se ensañara con su ex pareja, a la que propinó media docena de puñaladas en plena calle.
Este latinoamericano, de unos cuarenta años y residente en Barcelona, cree que su actitud no es heroica. «Yo venía de mi trabajo. Vi lo que pasó y me metí. Sólo eso», dijo, tras lamentar que otros transeúntes, que se encontraban incluso más cerca que él de la pareja, «se escondieran entre los coches aparcados en lugar de actuar».
Wilson se encaró primero con el agresor, al que la Policía autonómica imputa una tentativa de homicidio, golpeándole con una herramienta metálica («unos fierros», dijo), que llevaba en el maletero del coche y que utiliza para su trabajo.
Junto con otros transeúntes un joven oficinista y un operario del gas consiguió que el agresor, al que golpeó al menos una vez en la cabeza, dejara por un momento a su víctima, que yacía ya en el suelo, lo que facilitó que ésta pudiera refugiarse en el coche del ciudadano ecuatoriano. Poco después llegaron los Mossos d’Esquadra.
«Ese hombre estaba fuera de sí y no paraba de amenazarnos», dijo, tras asegurar que la víctima, pese a estar herida, fue la primera que llamó a alguien por teléfono para explicar que la habían apuñalado. Tras ser atendida por una ambulancia en el lugar de los hechos, la mujer, de unos 35 años y de nacionalidad extranjera, fue ingresada en el Hospital de Sant Pau de Barcelona, donde se encuentra en estado grave. EFE

Texto en la fuente original
(Puede haber caducado)