El presidente saliente de EE UU conmutó ayer en su último día de mandato las sentencias contra dos guardias fronterizos, cuyo castigo por abrir fuego contra un narcotraficante mexicano suscitó un intenso debate sobre la inmigración ilegal.

Los agentes Ignacio Ramos y José Compean fueron condenados a más de diez años de prisión por disparar en 2005 contra Osvaldo Aldrete Dávila cuando éste intentaba huir cruzando el río Grande.

Al conmutar la pena, George W. Bush consideró que los dos ex funcionarios recibieron un juicio justo, pero sus sentencias fueron excesivas y ya sufrieron bastante con la pérdida de sus puestos de trabajo, de su reputación…

Con esta decisión, el republicano cumple con lo que se ha convertido en una tradición al abandonar el cargo. La mayoría de los ex presidentes han firmado indultos en la última semana de su mandato.

Bush también aprovechó los minutos finales de su estancia en la Casa Blanca para telefonear a varios líderes mundiales con el objetivo de despedirse. Habló con los presidentes de Georgia, Mikhail Saakashvili; de Rusia, Dmitri Medvedev; de Corea del Sur, Lee Myung – Bak; así como con los primeros ministros de Dinamarca, Anders Fogh Rasmussen, y de Italia, Silvio Berlusconi.